Questões de Espanhol - Modo Verbal (Indicativo, Subjuntivo e Imperativo) | Modo Verbal (Indicativo, Subjuntivo e Imperativo) para Concurso

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Q1166081 Espanhol

(Julio Cortázar. Historia de cronopios y de famas)

Fíjese en el trozo citado a continuación:


Varias veces la familia ha procurado que mi tía explicara con alguna coherencia su temor a caerse de espaldas.” (líneas 21 y 22)


El tiempo verbal subrayado arriba es el pretérito perfecto de indicativo, forma compuesta utilizada, según Matte Bon (2005, tomo I), para

Alternativas
Q1166079 Espanhol

(Julio Cortázar. Historia de cronopios y de famas)

El texto se inicia con la siguiente interrogación:


¿Por qué tendremos una tía tan temerosa de caerse de espaldas?” (líneas 1 y 2)


El uso del futuro de indicativo referido al presente cronológico en la frase arriba, de acuerdo con la Gramática Comunicativa del Español, de Francisco Matte Bon (2005, tomo I), es una manera por medio de la cual el enunciador puede señalar el sentido de

Alternativas
Q1165017 Espanhol

Después de los finales un grupo de alumnos universitarios se reúne y el tema principal es la dificultad en las pruebas.


Si vosotros hubieran sabido la

contestación, estamos seguros

de que nos la habrían dicho.


Determine respectivamente los tiempos verbales destacados en la frase anterior.

Alternativas
Q1134723 Espanhol

Mariposas y balsas biodegradables

¿Qué tienen en común una mariposa y un pedacito de piolín que sirve para atar? Ambos son parte de algunos de los proyectos que llevan a cabo las Escuelas Verdes de la Ciudad, que son 200 y que emprenden distintas iniciativas para que la preservación del medio ambiente se vuelva protagonista del plan pedagógico. 

Uno de esos proyectos es el del jardín de infantes de Villa Soldati, al que asisten 280 alumnos. En sus paredes hay mariposas estampadas con un stencil. En el salón de usos múltiples en el que los chicos izan la bandera hay sogas de las que cuelgan mariposas de cartulina. En el guardapolvo de Paula López, maestra de una sala de 5, hay mariposas de colores estampadas en los bolsillos. En este jardín porteño se trabaja para desarrollar un mariposario que empiece a devolverle a Buenos Aires parte del ecosistema que ha perdido con el tiempo.

Para eso, el jardín destinó 200 metros cuadrados de tierra para la cría y reproducción de mariposas: es uno de los ejes centrales de su proyecto educativo. “La iniciativa nació después de una visita al Museo de Ciencias Naturales de Parque Centenario. El guía les preguntó a los chicos si sabían por qué ya no había mariposas en la ciudad, y al otro día una nena se acordó y me preguntó. Ese fue el inicio de todo”, cuenta Paula.

Pero un mariposario no se arma de un día para el otro: “Para que haya mariposas tiene que haber árboles y plantas nativos de la región. A esa conclusión llegamos luego de investigar la pregunta formulada en el museo, y eso intentamos armar acá. Trajimos árboles de la eco-región de Buenos Aires”, describe la docente. En este jardín de Villa Soldati, el mariposario también ayuda a los chicos en los primeros pasos de la lecto-escritura. “Como vienen con la libreta y están en pre-escolar, algunos hacen sus primeras anotacio-nes. Pero sobre todo, aprenden a sentirse parte de la naturaleza.

También en Villa Soldati, los alumnos de la escuela secundaria “Arturo Jauretche”, apuestan por un proyecto que sirva para proteger el medio ambiente. La cercanía entre la escuela y el Riachuelo no es un dato menor: esa cercanía dio impulso a los alumnos para sanear sus aguas. Con el uso de plantas y materiales biodegradables diseñaron balsas que sirven para absorber metales pesados que hay en el lecho de esa cuenca.

Los alumnos de 3° año cavaron un estanque en el terreno de la escuela: tiene unos 10 metros cuadrados y no es profundo. Con bidones, buscaron agua del Riachuelo y lo llenaron. Desde la cuenca también trajeron plantas que crecen en ese ambiente. Todo fue a parar al estanque, excepto una de las plantas: en vez de ponerla en agua del Riachuelo, la pusieron en agua de la canilla. A las dos semanas, ese ejemplar estaba muerto.

“Aprendimos que la planta, en su agua habitual, sobrevive porque necesita alimentarse de los metales pesados que hay allí: plomo, cadmio, zinc, entre otros. Y que a la vez, al absorber esos metales, limpia el agua”, explica Agustina Jorge Vales, alumna de 4° año de la escuela. “Eso, cuando una planta sanea el agua del medio en el que vive, se llama fitorremediación”, explica.

La iniciativa no sólo se limita a esperar a que las plantas nativas saneen el agua, sino que intenta multiplicar la cantidad de esas plantas en el estanque: “Desarrollamos unas balsas con materiales biodegradables: usamos caña, hojas y pasto seco, fibra de árboles como el palo borracho, que también ayuda a absorber aceites, y atamos todo con piolines biodegradables. […]

Las escuelas, desde el jardín hasta la secundaria, se vuelven cada vez más frecuentemente escenarios para que entre alumnos y docentes pongan a funcionar iniciativas que excedan a los contenidos tradicionales y que puedan ser transformadores. Del entorno y de los propios chicos, que incorporan esos aprendizajes y, muchas veces, son los encargados de hacer docencia ambiental en sus propias casas.

Texto adaptado del periódico Clarín, Argentina, de 18/12/2018

https://www.clarin.com/brandstudio/mariposas-balsasbiodegradables-formulas-cuidar-planeta-escuela_0_xMH3MsprD. html 

En el cuarto párrafo del texto hay tres verbos subrayados: “llegamos”, “trajimos”, “vienen”. En lo que se refiere a las formas correctas de conjugarlos en la primera y la tercera persona de singular, en el mismo tiempo verbal en que se encuentran, señale la alternativa correcta:
Alternativas
Q1134719 Espanhol

Mariposas y balsas biodegradables

¿Qué tienen en común una mariposa y un pedacito de piolín que sirve para atar? Ambos son parte de algunos de los proyectos que llevan a cabo las Escuelas Verdes de la Ciudad, que son 200 y que emprenden distintas iniciativas para que la preservación del medio ambiente se vuelva protagonista del plan pedagógico. 

Uno de esos proyectos es el del jardín de infantes de Villa Soldati, al que asisten 280 alumnos. En sus paredes hay mariposas estampadas con un stencil. En el salón de usos múltiples en el que los chicos izan la bandera hay sogas de las que cuelgan mariposas de cartulina. En el guardapolvo de Paula López, maestra de una sala de 5, hay mariposas de colores estampadas en los bolsillos. En este jardín porteño se trabaja para desarrollar un mariposario que empiece a devolverle a Buenos Aires parte del ecosistema que ha perdido con el tiempo.

Para eso, el jardín destinó 200 metros cuadrados de tierra para la cría y reproducción de mariposas: es uno de los ejes centrales de su proyecto educativo. “La iniciativa nació después de una visita al Museo de Ciencias Naturales de Parque Centenario. El guía les preguntó a los chicos si sabían por qué ya no había mariposas en la ciudad, y al otro día una nena se acordó y me preguntó. Ese fue el inicio de todo”, cuenta Paula.

Pero un mariposario no se arma de un día para el otro: “Para que haya mariposas tiene que haber árboles y plantas nativos de la región. A esa conclusión llegamos luego de investigar la pregunta formulada en el museo, y eso intentamos armar acá. Trajimos árboles de la eco-región de Buenos Aires”, describe la docente. En este jardín de Villa Soldati, el mariposario también ayuda a los chicos en los primeros pasos de la lecto-escritura. “Como vienen con la libreta y están en pre-escolar, algunos hacen sus primeras anotacio-nes. Pero sobre todo, aprenden a sentirse parte de la naturaleza.

También en Villa Soldati, los alumnos de la escuela secundaria “Arturo Jauretche”, apuestan por un proyecto que sirva para proteger el medio ambiente. La cercanía entre la escuela y el Riachuelo no es un dato menor: esa cercanía dio impulso a los alumnos para sanear sus aguas. Con el uso de plantas y materiales biodegradables diseñaron balsas que sirven para absorber metales pesados que hay en el lecho de esa cuenca.

Los alumnos de 3° año cavaron un estanque en el terreno de la escuela: tiene unos 10 metros cuadrados y no es profundo. Con bidones, buscaron agua del Riachuelo y lo llenaron. Desde la cuenca también trajeron plantas que crecen en ese ambiente. Todo fue a parar al estanque, excepto una de las plantas: en vez de ponerla en agua del Riachuelo, la pusieron en agua de la canilla. A las dos semanas, ese ejemplar estaba muerto.

“Aprendimos que la planta, en su agua habitual, sobrevive porque necesita alimentarse de los metales pesados que hay allí: plomo, cadmio, zinc, entre otros. Y que a la vez, al absorber esos metales, limpia el agua”, explica Agustina Jorge Vales, alumna de 4° año de la escuela. “Eso, cuando una planta sanea el agua del medio en el que vive, se llama fitorremediación”, explica.

La iniciativa no sólo se limita a esperar a que las plantas nativas saneen el agua, sino que intenta multiplicar la cantidad de esas plantas en el estanque: “Desarrollamos unas balsas con materiales biodegradables: usamos caña, hojas y pasto seco, fibra de árboles como el palo borracho, que también ayuda a absorber aceites, y atamos todo con piolines biodegradables. […]

Las escuelas, desde el jardín hasta la secundaria, se vuelven cada vez más frecuentemente escenarios para que entre alumnos y docentes pongan a funcionar iniciativas que excedan a los contenidos tradicionales y que puedan ser transformadores. Del entorno y de los propios chicos, que incorporan esos aprendizajes y, muchas veces, son los encargados de hacer docencia ambiental en sus propias casas.

Texto adaptado del periódico Clarín, Argentina, de 18/12/2018

https://www.clarin.com/brandstudio/mariposas-balsasbiodegradables-formulas-cuidar-planeta-escuela_0_xMH3MsprD. html 

En el tercer párrafo del texto, encontramos los siguientes verbos, que están subrayados: destinó / es / nació / sabían / había. Apunte los tiempos verbales correspondientes a ellos, respectivamente, señalando la alternativa correcta:
Alternativas
Respostas
31: D
32: C
33: E
34: D
35: C