El texto narra la historia de un hijo que:
Y dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12. Y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me pertenece. Y él les repartió su vida.
13. Y unos días después, el hijo menor, juntándolo todo, se fue a un país lejano, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
14. Y cuando hubo gastado todo, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a pasar necesidad.
15. Y él fue y se arrimó a un ciudadano de ese país, el cual le envió a sus fincas a apacentar puercos.
16. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
17. Y en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de tener el pan de mi padre, y yo aquí me muero de hambre!
18. Levante lo haré, e iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti;
19. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20. Y levantándose, vino a su padre; y, cuando estaba lejos, su padre lo vio, y fue movido a misericordia, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó.
21. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido; y lo puso en él, y lo puso un anillo en su mano y unas sandalias en los pies;
23. Y traed el ternero cebado y matadlo; y comamos y alegrémonos en;
24. Para este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado. Y comenzaron a regocijarse.
25. Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile.
26. Y él llamó a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27. Y él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha matado el novillo cebado, porque lo ha sanos y salvos.
28. Entonces se enojó, y no quería entrar.
29. Y dejando el padre le instó. Pero él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, yo te sirvo tantos años, nunca transgredir tu mandamiento, y nunca me dio una cabra para regocijarse con mis amigos;
30. Y vino éste tu hijo, que despilfarró tus bienes con rameras, has matado para él el becerro gordo.
31. Y él le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo;
32. Pero fue sólo nos gozaremos y alegraremos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
El texto narra la historia de un hijo que: