En el trecho “Tenía el cabello blanco y escaso, y no le qued...
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Ano: 2021
Banca:
CESPE / CEBRASPE
Órgão:
SEED-PR
Prova:
CESPE / CEBRASPE - 2021 - SEED-PR - Professor - Espanhol |
Q1689552
Espanhol
Texto associado
Veintidós años después volví a ver a Margarito Duarte. Apareció de pronto en una de las callecitas secretas del Trastévere, y me costó trabajo reconocerlo a primera vista por su castellano difícil y su buen talante de romano antiguo. Tenía el cabello blanco y escaso, y no le quedaban rastros de la conducta lúgubre y las ropas funerarias de letrado andino con que había venido a Roma por primera vez, pero en el curso de la conversación fui rescatándolo poco a poco de las perfidias de sus años y volvía a verlo como era: sigiloso, imprevisible, y de una tenacidad de picapedrero. Antes de la segunda taza de café en uno de nuestros bares de otros tiempos, me atreví a hacerle la pregunta que me carcomía por dentro.
Texto 4A2-IV
Veintidós años después volví a ver a Margarito Duarte. Apareció de pronto en una de las callecitas secretas del Trastévere, y me costó trabajo reconocerlo a primera vista por su castellano difícil y su buen talante de romano antiguo. Tenía el cabello blanco y escaso, y no le quedaban rastros de la conducta lúgubre y las ropas funerarias de letrado andino con que había venido a Roma por primera vez, pero en el curso de la conversación fui rescatándolo poco a poco de las perfidias de sus años y volvía a verlo como era: sigiloso, imprevisible, y de una tenacidad de picapedrero. Antes de la segunda taza de café en uno de nuestros bares de otros tiempos, me atreví a hacerle la pregunta que me carcomía por dentro.
— ¿Qué pasó con la santa?
— Ahí está la santa me contestó. Esperando.
Sólo el tenor Rafael Ribero Silva y yo podíamos entender
la tremenda carga humana de su respuesta. Conocíamos tanto su
drama, que durante años pensé que Margarito Duarte era el
personaje en busca de autor que los novelistas esperamos durante
toda una vida, y si nunca dejé que me encontrara fue porque el
final de su historia me parecía inimaginable.
Gabriel Garcia Marquez. La Santa. In: Doce cuentos peregrinos.
Bogotá: Editorial La Oveja Negra, 1992, p. 57
En el trecho “Tenía el cabello blanco y escaso, y no le quedaban
rastros de la conducta lúgubre” del texto 4A2-IV, el sentido de
los términos “rastros” y “lúgubre” es, respectivamente,