Questões de Concurso Comentadas para professor - língua espanhola

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Q2450106 Português
Leia o texto e responda a questão:


Objeto mais brilhante já observado é trilhões de vezes mais luminoso que o Sol

Quasares são núcleos luminosos de galáxias distantes que são alimentados por buracos negros supermassivos 

    Quasares são núcleos luminosos de galáxias distantes, que são alimentados por buracos negros supermassivos. O buraco negro desse quasar recordista está crescendo em massa equivalente a um Sol por dia, tornando-o no buraco negro de crescimento mais rápido até o momento.
    Os buracos negros que alimentam os quasares recolhem matéria do seu entorno num processo tão energético que emite grandes quantidades de luz. Tanto é verdade que os quasares são alguns dos objetos mais brilhantes do nosso céu, o que significa que mesmo os distantes são visíveis da Terra. Como regra geral, os quasares mais luminosos indicam os buracos negros supermassivos de crescimento mais rápido.
    “Descobrimos o buraco negro de crescimento mais rápido conhecido até hoje. Tem uma massa de 17 bilhões de Sóis e come pouco mais de um Sol por dia. Isto torna-o no objeto mais luminoso do Universo conhecido”, afirma Christian Wolf, astrônomo da Universidade Nacional Australiana (ANU) e principal autor do estudo publicado nesta segunda (19) na Nature Astronomy.
    Além disso, a matéria atraída para este buraco negro emite tanta energia que o quasar é 500 bilhões de vezes mais luminoso que o Sol. Chamado de J0529-4351, esse quasar está tão longe da Terra que a sua luz levou mais de 12 mil milhões de anos para chegar até nós.
    E, surpreendentemente, este quasar recordista estava escondido à vista de todos. “É uma surpresa que tenha permanecido desconhecido até hoje, quando já conhecemos cerca de um milhão de quasares menos impressionantes. Ele tem estado literalmente na nossa cara até agora”, diz o coautor Christopher Onken, astrônomo da ANU.


(https://www.cnnbrasil.com.br/tecnologia/objeto-mais-brilhante-ja-observado-e-trilhoes-devezes-mais-luminoso-que-o-sol/)
 
 
Analise a citação e assinale a alternativa que apresenta a respectiva classificação dos termos:

“Quasares são núcleos luminosos (...)”
Alternativas
Q2430750 Espanhol

Instrucciones: Las cuestiones de números 31 a 60 se refieren al texto abajo.


Las cartas de amor


Por Eduardo Galeano


  1. Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores,
  2. casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo
  3. que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio
  4. a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
  5. —“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
  6. Se acercó a la mesa y dijo:
  7. —“¿Me permite?”
  8. —“Por supuesto”.
  9. Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general
  10. cuando dices:
  11. —“Me permites”, dicen
  12. —“De qué”
  13. A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá
  14. que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que
  15. se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
  16. —“¿y qué lees?”
  17. Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos,
  18. mal, muy mal, por ahí no.
  19. —“Pues bonito día”
  20. Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
  21. —“Sí, la verdad es que hace un bonito día”.
  22. Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y
  23. fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que
  24. era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde,
  25. cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola. Por entonces ya
  26. estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían
  27. gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
  28. —“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
  29. —“No”,
  30. —“Oye quedamos el fin de semana”,
  31. —“Vale”.
  32. Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que
  33. él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció,
  34. yo quiero pensar que era de verdad. Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo
  35. musical, y le dijo:
  36. —“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
  37. —“Ismael qué?”,
  38. —“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
  39. —“Los de verdad me gustan”.
  40. Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se
  41. atrevió a cogerle la mano. Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por
  42. esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
  43. Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado
  44. de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos
  45. importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que
  46. acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
  47. —“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
  48. —“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo
  49. —“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este
  50. camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la
  51. que te contaré todo lo que he hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos,
  52. y todo lo poco que nos falta para vernos”,
  53. Él dijo que bueno, que vale.
  54. —“Pero que si no te vas casi mejor”.
  55. Pero se fue. Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba
  56. perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era
  57. cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera
  58. vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
  59. A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te
  60. echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima
  61. de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se
  62. iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón
  63. y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le
  64. diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa,
  65. se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque
  66. vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron
  67. creo que diez años, quince, no me acuerdo.
  68. Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el
  69. buzón vacío, y el alma partida en dos. Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que
  70. ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro. Un día él salió de
  71. casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte
  72. no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes
  73. riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
  74. Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que
  75. le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo
  76. cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién
  77. sabe si falsas.
  78. Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara
  79. de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor,
  80. declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y
  81. llevarla a la guarida no era moco de pavo.
  82. Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de
  83. encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido
  84. sin saber ya qué hacer. El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer
  85. era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más
  86. joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
  87. Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el
  88. buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las
  89. cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
  90. Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería
  91. la carta en la que ella diría:
  92. —“Pronto estaré allí”.


(Disponible en: www.poeticous.com/eduardo-galeano/las-cartas-de-amor-1?locale=es – texto adaptado especialmente para ese examen).

Señale la alternativa correcta. Al principio, la pareja:

Alternativas
Q2430749 Espanhol

Instrucciones: Las cuestiones de números 31 a 60 se refieren al texto abajo.


Las cartas de amor


Por Eduardo Galeano


  1. Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores,
  2. casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo
  3. que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio
  4. a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
  5. —“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
  6. Se acercó a la mesa y dijo:
  7. —“¿Me permite?”
  8. —“Por supuesto”.
  9. Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general
  10. cuando dices:
  11. —“Me permites”, dicen
  12. —“De qué”
  13. A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá
  14. que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que
  15. se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
  16. —“¿y qué lees?”
  17. Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos,
  18. mal, muy mal, por ahí no.
  19. —“Pues bonito día”
  20. Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
  21. —“Sí, la verdad es que hace un bonito día”.
  22. Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y
  23. fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que
  24. era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde,
  25. cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola. Por entonces ya
  26. estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían
  27. gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
  28. —“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
  29. —“No”,
  30. —“Oye quedamos el fin de semana”,
  31. —“Vale”.
  32. Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que
  33. él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció,
  34. yo quiero pensar que era de verdad. Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo
  35. musical, y le dijo:
  36. —“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
  37. —“Ismael qué?”,
  38. —“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
  39. —“Los de verdad me gustan”.
  40. Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se
  41. atrevió a cogerle la mano. Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por
  42. esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
  43. Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado
  44. de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos
  45. importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que
  46. acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
  47. —“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
  48. —“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo
  49. —“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este
  50. camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la
  51. que te contaré todo lo que he hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos,
  52. y todo lo poco que nos falta para vernos”,
  53. Él dijo que bueno, que vale.
  54. —“Pero que si no te vas casi mejor”.
  55. Pero se fue. Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba
  56. perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era
  57. cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera
  58. vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
  59. A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te
  60. echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima
  61. de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se
  62. iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón
  63. y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le
  64. diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa,
  65. se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque
  66. vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron
  67. creo que diez años, quince, no me acuerdo.
  68. Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el
  69. buzón vacío, y el alma partida en dos. Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que
  70. ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro. Un día él salió de
  71. casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte
  72. no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes
  73. riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
  74. Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que
  75. le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo
  76. cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién
  77. sabe si falsas.
  78. Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara
  79. de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor,
  80. declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y
  81. llevarla a la guarida no era moco de pavo.
  82. Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de
  83. encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido
  84. sin saber ya qué hacer. El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer
  85. era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más
  86. joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
  87. Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el
  88. buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las
  89. cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
  90. Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería
  91. la carta en la que ella diría:
  92. —“Pronto estaré allí”.


(Disponible en: www.poeticous.com/eduardo-galeano/las-cartas-de-amor-1?locale=es – texto adaptado especialmente para ese examen).

El personaje se compró una caja fuerte porque:

Alternativas
Q2430748 Espanhol

Instrucciones: Las cuestiones de números 31 a 60 se refieren al texto abajo.


Las cartas de amor


Por Eduardo Galeano


  1. Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores,
  2. casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo
  3. que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio
  4. a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
  5. —“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
  6. Se acercó a la mesa y dijo:
  7. —“¿Me permite?”
  8. —“Por supuesto”.
  9. Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general
  10. cuando dices:
  11. —“Me permites”, dicen
  12. —“De qué”
  13. A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá
  14. que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que
  15. se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
  16. —“¿y qué lees?”
  17. Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos,
  18. mal, muy mal, por ahí no.
  19. —“Pues bonito día”
  20. Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
  21. —“Sí, la verdad es que hace un bonito día”.
  22. Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y
  23. fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que
  24. era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde,
  25. cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola. Por entonces ya
  26. estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían
  27. gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
  28. —“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
  29. —“No”,
  30. —“Oye quedamos el fin de semana”,
  31. —“Vale”.
  32. Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que
  33. él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció,
  34. yo quiero pensar que era de verdad. Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo
  35. musical, y le dijo:
  36. —“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
  37. —“Ismael qué?”,
  38. —“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
  39. —“Los de verdad me gustan”.
  40. Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se
  41. atrevió a cogerle la mano. Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por
  42. esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
  43. Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado
  44. de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos
  45. importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que
  46. acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
  47. —“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
  48. —“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo
  49. —“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este
  50. camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la
  51. que te contaré todo lo que he hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos,
  52. y todo lo poco que nos falta para vernos”,
  53. Él dijo que bueno, que vale.
  54. —“Pero que si no te vas casi mejor”.
  55. Pero se fue. Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba
  56. perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era
  57. cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera
  58. vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
  59. A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te
  60. echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima
  61. de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se
  62. iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón
  63. y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le
  64. diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa,
  65. se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque
  66. vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron
  67. creo que diez años, quince, no me acuerdo.
  68. Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el
  69. buzón vacío, y el alma partida en dos. Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que
  70. ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro. Un día él salió de
  71. casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte
  72. no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes
  73. riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
  74. Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que
  75. le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo
  76. cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién
  77. sabe si falsas.
  78. Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara
  79. de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor,
  80. declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y
  81. llevarla a la guarida no era moco de pavo.
  82. Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de
  83. encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido
  84. sin saber ya qué hacer. El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer
  85. era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más
  86. joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
  87. Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el
  88. buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las
  89. cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
  90. Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería
  91. la carta en la que ella diría:
  92. —“Pronto estaré allí”.


(Disponible en: www.poeticous.com/eduardo-galeano/las-cartas-de-amor-1?locale=es – texto adaptado especialmente para ese examen).

Señale la alternativa correcta. En el punto de vista del hombre:

Alternativas
Q2430747 Espanhol

Instrucciones: Las cuestiones de números 31 a 60 se refieren al texto abajo.


Las cartas de amor


Por Eduardo Galeano


  1. Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores,
  2. casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo
  3. que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio
  4. a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
  5. —“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
  6. Se acercó a la mesa y dijo:
  7. —“¿Me permite?”
  8. —“Por supuesto”.
  9. Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general
  10. cuando dices:
  11. —“Me permites”, dicen
  12. —“De qué”
  13. A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá
  14. que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que
  15. se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
  16. —“¿y qué lees?”
  17. Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos,
  18. mal, muy mal, por ahí no.
  19. —“Pues bonito día”
  20. Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
  21. —“Sí, la verdad es que hace un bonito día”.
  22. Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y
  23. fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que
  24. era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde,
  25. cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola. Por entonces ya
  26. estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían
  27. gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
  28. —“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
  29. —“No”,
  30. —“Oye quedamos el fin de semana”,
  31. —“Vale”.
  32. Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que
  33. él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció,
  34. yo quiero pensar que era de verdad. Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo
  35. musical, y le dijo:
  36. —“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
  37. —“Ismael qué?”,
  38. —“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
  39. —“Los de verdad me gustan”.
  40. Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se
  41. atrevió a cogerle la mano. Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por
  42. esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
  43. Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado
  44. de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos
  45. importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que
  46. acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
  47. —“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
  48. —“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo
  49. —“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este
  50. camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la
  51. que te contaré todo lo que he hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos,
  52. y todo lo poco que nos falta para vernos”,
  53. Él dijo que bueno, que vale.
  54. —“Pero que si no te vas casi mejor”.
  55. Pero se fue. Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba
  56. perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era
  57. cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera
  58. vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
  59. A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te
  60. echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima
  61. de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se
  62. iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón
  63. y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le
  64. diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa,
  65. se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque
  66. vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron
  67. creo que diez años, quince, no me acuerdo.
  68. Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el
  69. buzón vacío, y el alma partida en dos. Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que
  70. ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro. Un día él salió de
  71. casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte
  72. no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes
  73. riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
  74. Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que
  75. le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo
  76. cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién
  77. sabe si falsas.
  78. Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara
  79. de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor,
  80. declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y
  81. llevarla a la guarida no era moco de pavo.
  82. Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de
  83. encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido
  84. sin saber ya qué hacer. El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer
  85. era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más
  86. joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
  87. Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el
  88. buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las
  89. cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
  90. Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería
  91. la carta en la que ella diría:
  92. —“Pronto estaré allí”.


(Disponible en: www.poeticous.com/eduardo-galeano/las-cartas-de-amor-1?locale=es – texto adaptado especialmente para ese examen).

Analice las siguientes afirmaciones relativas al texto:


I. El narrador aparece en tercera persona.

II. Los protagonistas frecuentan exactamente los mismos lugares públicos.

III. Ella tiene que marcharse por cuestiones de trabajo.


¿ Cuáles están correctas?

Alternativas
Q2430746 Espanhol

Instrucciones: Las cuestiones de números 31 a 60 se refieren al texto abajo.


Las cartas de amor


Por Eduardo Galeano


  1. Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores,
  2. casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo
  3. que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio
  4. a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
  5. —“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
  6. Se acercó a la mesa y dijo:
  7. —“¿Me permite?”
  8. —“Por supuesto”.
  9. Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general
  10. cuando dices:
  11. —“Me permites”, dicen
  12. —“De qué”
  13. A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá
  14. que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que
  15. se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
  16. —“¿y qué lees?”
  17. Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos,
  18. mal, muy mal, por ahí no.
  19. —“Pues bonito día”
  20. Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
  21. —“Sí, la verdad es que hace un bonito día”.
  22. Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y
  23. fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que
  24. era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde,
  25. cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola. Por entonces ya
  26. estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían
  27. gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
  28. —“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
  29. —“No”,
  30. —“Oye quedamos el fin de semana”,
  31. —“Vale”.
  32. Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que
  33. él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció,
  34. yo quiero pensar que era de verdad. Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo
  35. musical, y le dijo:
  36. —“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
  37. —“Ismael qué?”,
  38. —“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
  39. —“Los de verdad me gustan”.
  40. Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se
  41. atrevió a cogerle la mano. Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por
  42. esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
  43. Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado
  44. de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos
  45. importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que
  46. acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
  47. —“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
  48. —“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo
  49. —“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este
  50. camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la
  51. que te contaré todo lo que he hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos,
  52. y todo lo poco que nos falta para vernos”,
  53. Él dijo que bueno, que vale.
  54. —“Pero que si no te vas casi mejor”.
  55. Pero se fue. Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba
  56. perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era
  57. cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera
  58. vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
  59. A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te
  60. echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima
  61. de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se
  62. iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón
  63. y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le
  64. diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa,
  65. se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque
  66. vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron
  67. creo que diez años, quince, no me acuerdo.
  68. Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el
  69. buzón vacío, y el alma partida en dos. Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que
  70. ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro. Un día él salió de
  71. casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte
  72. no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes
  73. riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
  74. Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que
  75. le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo
  76. cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién
  77. sabe si falsas.
  78. Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara
  79. de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor,
  80. declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y
  81. llevarla a la guarida no era moco de pavo.
  82. Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de
  83. encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido
  84. sin saber ya qué hacer. El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer
  85. era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más
  86. joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
  87. Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el
  88. buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las
  89. cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
  90. Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería
  91. la carta en la que ella diría:
  92. —“Pronto estaré allí”.


(Disponible en: www.poeticous.com/eduardo-galeano/las-cartas-de-amor-1?locale=es – texto adaptado especialmente para ese examen).

El texto se puede clasificar como:

Alternativas
Q2430745 Espanhol

Instrucciones: Las cuestiones de números 31 a 60 se refieren al texto abajo.


Las cartas de amor


Por Eduardo Galeano


  1. Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores,
  2. casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo
  3. que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio
  4. a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
  5. —“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
  6. Se acercó a la mesa y dijo:
  7. —“¿Me permite?”
  8. —“Por supuesto”.
  9. Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general
  10. cuando dices:
  11. —“Me permites”, dicen
  12. —“De qué”
  13. A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá
  14. que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que
  15. se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
  16. —“¿y qué lees?”
  17. Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos,
  18. mal, muy mal, por ahí no.
  19. —“Pues bonito día”
  20. Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
  21. —“Sí, la verdad es que hace un bonito día”.
  22. Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y
  23. fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que
  24. era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde,
  25. cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola. Por entonces ya
  26. estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían
  27. gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
  28. —“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
  29. —“No”,
  30. —“Oye quedamos el fin de semana”,
  31. —“Vale”.
  32. Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que
  33. él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció,
  34. yo quiero pensar que era de verdad. Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo
  35. musical, y le dijo:
  36. —“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
  37. —“Ismael qué?”,
  38. —“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
  39. —“Los de verdad me gustan”.
  40. Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se
  41. atrevió a cogerle la mano. Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por
  42. esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
  43. Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado
  44. de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos
  45. importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que
  46. acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
  47. —“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
  48. —“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo
  49. —“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este
  50. camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la
  51. que te contaré todo lo que he hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos,
  52. y todo lo poco que nos falta para vernos”,
  53. Él dijo que bueno, que vale.
  54. —“Pero que si no te vas casi mejor”.
  55. Pero se fue. Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba
  56. perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era
  57. cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera
  58. vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
  59. A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te
  60. echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima
  61. de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se
  62. iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón
  63. y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le
  64. diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa,
  65. se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque
  66. vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron
  67. creo que diez años, quince, no me acuerdo.
  68. Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el
  69. buzón vacío, y el alma partida en dos. Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que
  70. ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro. Un día él salió de
  71. casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte
  72. no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes
  73. riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
  74. Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que
  75. le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo
  76. cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién
  77. sabe si falsas.
  78. Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara
  79. de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor,
  80. declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y
  81. llevarla a la guarida no era moco de pavo.
  82. Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de
  83. encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido
  84. sin saber ya qué hacer. El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer
  85. era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más
  86. joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
  87. Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el
  88. buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las
  89. cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
  90. Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería
  91. la carta en la que ella diría:
  92. —“Pronto estaré allí”.


(Disponible en: www.poeticous.com/eduardo-galeano/las-cartas-de-amor-1?locale=es – texto adaptado especialmente para ese examen).

De acuerdo con el texto, se puede afirmar que:

Alternativas
Q2430744 Espanhol

Instrucciones: Las cuestiones de números 31 a 60 se refieren al texto abajo.


Las cartas de amor


Por Eduardo Galeano


  1. Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores,
  2. casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo
  3. que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio
  4. a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
  5. —“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
  6. Se acercó a la mesa y dijo:
  7. —“¿Me permite?”
  8. —“Por supuesto”.
  9. Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general
  10. cuando dices:
  11. —“Me permites”, dicen
  12. —“De qué”
  13. A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá
  14. que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que
  15. se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
  16. —“¿y qué lees?”
  17. Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos,
  18. mal, muy mal, por ahí no.
  19. —“Pues bonito día”
  20. Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
  21. —“Sí, la verdad es que hace un bonito día”.
  22. Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y
  23. fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que
  24. era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde,
  25. cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola. Por entonces ya
  26. estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían
  27. gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
  28. —“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
  29. —“No”,
  30. —“Oye quedamos el fin de semana”,
  31. —“Vale”.
  32. Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que
  33. él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció,
  34. yo quiero pensar que era de verdad. Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo
  35. musical, y le dijo:
  36. —“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
  37. —“Ismael qué?”,
  38. —“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
  39. —“Los de verdad me gustan”.
  40. Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se
  41. atrevió a cogerle la mano. Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por
  42. esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
  43. Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado
  44. de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos
  45. importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que
  46. acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
  47. —“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
  48. —“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo
  49. —“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este
  50. camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la
  51. que te contaré todo lo que he hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos,
  52. y todo lo poco que nos falta para vernos”,
  53. Él dijo que bueno, que vale.
  54. —“Pero que si no te vas casi mejor”.
  55. Pero se fue. Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba
  56. perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era
  57. cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera
  58. vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
  59. A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te
  60. echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima
  61. de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se
  62. iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón
  63. y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le
  64. diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa,
  65. se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque
  66. vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron
  67. creo que diez años, quince, no me acuerdo.
  68. Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el
  69. buzón vacío, y el alma partida en dos. Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que
  70. ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro. Un día él salió de
  71. casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte
  72. no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes
  73. riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
  74. Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que
  75. le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo
  76. cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién
  77. sabe si falsas.
  78. Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara
  79. de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor,
  80. declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y
  81. llevarla a la guarida no era moco de pavo.
  82. Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de
  83. encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido
  84. sin saber ya qué hacer. El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer
  85. era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más
  86. joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
  87. Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el
  88. buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las
  89. cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
  90. Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería
  91. la carta en la que ella diría:
  92. —“Pronto estaré allí”.


(Disponible en: www.poeticous.com/eduardo-galeano/las-cartas-de-amor-1?locale=es – texto adaptado especialmente para ese examen).

Relaciona la Columna 1 a la Columna 2 de acuerdo con los enunciados a los personajes y al narrador del texto:


Columna 1


1. Él.

2. Ella.

3. Narrador.


Columna 2


( ) ¿Me permite?

( ) ¿Ismael qué?

( ) Pues bonito día.

( ) ¿Adivina lo que se encontró?

( ) No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva.


El orden correto de relleno de los paréntesis, de arriba a abajo, es:

Alternativas
Q2430743 Literatura

Assinale a alternativa na qual a estrofe do poema abaixo apresente versos brancos.

Alternativas
Q2430741 Literatura

Instrução: A questão de número 28 refere-se ao poema abaixo.


Quando Ismália enlouqueceu,

Pôs-se na torre a sonhar…

Viu uma lua no céu,

Viu outra lua no mar.


No sonho em que se perdeu,

Banhou-se toda em luar…

Queria subir ao céu,

Queria descer ao mar…


E, no desvario seu,

Na torre pôs-se a cantar…

Estava perto do céu,

Estava longe do mar…


E como um anjo pendeu

As asas para voar…

Queria a lua do céu,

Queria a lua do mar…


As asas que Deus lhe deu

Ruflaram de par em par…

Sua alma subiu ao céu,

Seu corpo desceu ao mar…

Sobre o poema apresentado anteriormente, do poeta simbolista Alphonsus de Guimaraens, assinale a alternativa que NÃO indica uma característica simbolista presente no texto.

Alternativas
Q2430740 Literatura

Instrução: A questão de número 27 refere-se ao texto abaixo.


O Vergalho


Tais eram as reflexões que eu vinha fazendo, por aquele Valongo fora, logo depois de ver e ajustar a casa. Interrompeu-mas um ajuntamento; era um preto que vergalhava outro na praça. O outro não se atrevia a fugir; gemia somente estas únicas palavras:

— «Não, perdão, meu senhor; meu senhor, perdão! » Mas o primeiro não fazia caso, e, a cada suplica, respondia com uma vergalhada nova.

— Toma, diabo! dizia ele; toma mais perdão, bêbado!

— Meu senhor! gemia o outro.

— Cala a boca, besta! replicava o vergalho.

Parei, olhei... Justos céus! Quem havia de ser o do vergalho? Nada menos que o meu moleque Prudêncio, — o que meu pai libertara alguns anos antes. Cheguei-me; ele deteve-se logo e pediume a benção; perguntei-lhe se aquele preto era escravo dele.

— E, sim, nhonhô.

— Fez-te alguma cousa?

— É um vadio e um bêbado muito grande. Ainda hoje deixei ele na quitanda, em quanto eu ia lá embaixo na cidade, e ele deixou a quitanda para ir na venda beber.

— Está bom, perdoa-lhe, disse eu.

— Pois não, nhonhô. Nhonhô manda, não pede. Entra para casa, bêbado!

Saí do grupo, que me olhava espantado e cochichava as suas conjecturas. Segui caminho, a cavar cá dentro uma infinidade de reflexões, que sinto haver inteiramente perdido; aliás, seria matéria para um bom capitulo, e talvez alegre. Eu gosto dos capítulos alegres; é o meu fraco. Exteriormente, era torvo o episodio do Valongo; mas só exteriormente. Logo que meti mais dentro a faca do raciocínio achei-lhe um miolo gaiato, fino, e até profundo. Era um modo que o Prudêncio tinha de se desfazer das pancadas recebidas, — transmitindo-as a outro. Eu, em criança, montava-o, punha-lhe um freio na boca, e desancava-o sem compaixão; elle gemia e sofria. Agora, porém, que era livre, dispunha de si mesmo, dos braços, das pernas, podia, trabalhar, folgar, dormir, desagrilhoado da antiga condição, agora é que ele se desbancava: comprou um escravo, e ia-lhe pagando, com alto juro, as quantias que de mim recebera. Vejam as subtilezas do maroto!

Considerando-se a temática e os aspectos formais da escrita, assinale a alternativa que indica à qual movimento literário seu autor é considerado como pertencente.

Alternativas
Q2426180 Pedagogia

Conforme a Lei nº 13.005/14, que aprova o Plano Nacional de Educação (PNE) e dá outras providências, analise as assertivas e marque a alternativa que corresponde aos órgãos e/ou instituições que fazem o monitoramento contínuo e as avaliações periódicas para o cumprimento das metas do PNE:


I.Ministério da Educação (MEC).

II.Conselho Nacional de Educação (CNE).

III.Fórum Nacional de Educação.


Marque a opção correta.

Alternativas
Q2426177 Pedagogia

Nos termos no que dispõe a Lei de Diretrizes e Base da Educação Nacional vigente, registre V, para verdadeiras, e F, para falsas:


(__)A educação abrange os processos formativos que se desenvolvem na vida familiar, na convivência humana, no trabalho, nas instituições de ensino e pesquisa, nos movimentos sociais e organizações da sociedade civil e nas manifestações culturais.

(__)A educação escolar deverá vincular-se ao mundo do trabalho e à prática social.

(__)A educação, dever da família e do Estado, inspirada nos princípios de liberdade e nos ideais de solidariedade humana, tem por finalidade o pleno desenvolvimento do educando, seu preparo para o exercício da cidadania e sua qualificação para o trabalho.


Assinale a alternativa com a sequência correta:

Alternativas
Q2426176 Pedagogia

Nos termos das diretrizes da legislação em vigor, que aprova o Plano Nacional de Educação (PNE), registre V, para verdadeiras, e F, para falsas:


(__)É uma diretriz do PNE, a erradicação do analfabetismo.

(__)É uma diretriz do PNE, a universalização do atendimento escolar.

(__)É uma diretriz do PNE, a superação das desigualdades educacionais, com ênfase na promoção da cidadania e na erradicação de todas as formas de discriminação.


Assinale a alternativa com a sequência correta:

Alternativas
Q2426175 Espanhol

O texto seguinte servirá de base para responder às questões de 1 a 9.


Por qué los noctámbulos tienen más riesgo de morir antes: es el alcohol y el tabaco, no los hábitos de sueño

Un nuevo estudio descarta una relación directa entre la nocturnidad y una mayor mortalidad, pero encuentra que quienes se acuestan y levantan más tarde tienen más probabilidad de ser fumadores y bebedores

"Los seres humanos somos animales diurnos", como explica María Ángeles Bonmatí, investigadora postdoctotal de CIBER (Instituto de Salud Carlos III) y autora del libro Que nada te quite el sueño (Crítica). Es decir, estamos preparados fisiológicamente para tener actividad durante el día y para descansar durante la noche. Sin embargo, dentro de ese patrón general, añade Bonmatí, "las personas se pueden clasificar en distintos cronotipos" en función de sus relojes internos, condicionados por sus ritmos circadianos. Simplificando, se puede hablar de personas con cronotipo vespertino y personas con cronotipo matutino.

Comparte esta opinión María Ángeles Bonmatí, que apunta que, aunque el cronotipo vespertino ya se había asociado a una mayor probabilidad de presentar factores de riesgo cardiovascular (como la obesidad o el consumo de tabaco), la realidad es que los estudios al respecto "mostraban un incremento en la mortalidad con el cronotipo vespertino, independientemente de estos factores asociados".


El País (modificado)

Marque a alternativa que destaca um substantivo.

Alternativas
Q2426174 Espanhol

O texto seguinte servirá de base para responder às questões de 1 a 9.


Por qué los noctámbulos tienen más riesgo de morir antes: es el alcohol y el tabaco, no los hábitos de sueño

Un nuevo estudio descarta una relación directa entre la nocturnidad y una mayor mortalidad, pero encuentra que quienes se acuestan y levantan más tarde tienen más probabilidad de ser fumadores y bebedores

"Los seres humanos somos animales diurnos", como explica María Ángeles Bonmatí, investigadora postdoctotal de CIBER (Instituto de Salud Carlos III) y autora del libro Que nada te quite el sueño (Crítica). Es decir, estamos preparados fisiológicamente para tener actividad durante el día y para descansar durante la noche. Sin embargo, dentro de ese patrón general, añade Bonmatí, "las personas se pueden clasificar en distintos cronotipos" en función de sus relojes internos, condicionados por sus ritmos circadianos. Simplificando, se puede hablar de personas con cronotipo vespertino y personas con cronotipo matutino.

Comparte esta opinión María Ángeles Bonmatí, que apunta que, aunque el cronotipo vespertino ya se había asociado a una mayor probabilidad de presentar factores de riesgo cardiovascular (como la obesidad o el consumo de tabaco), la realidad es que los estudios al respecto "mostraban un incremento en la mortalidad con el cronotipo vespertino, independientemente de estos factores asociados".


El País (modificado)

Segundo o texto, analise as assertivas e marque a alternativa que corresponde aos fatores de risco com mais probabilidade de serem associados às pessoas que tem hábitos vespertinos.


I.Obesidade.

II.Consumo de tabaco.

III.Câncer de estômago.

Alternativas
Q2426173 Espanhol

O texto seguinte servirá de base para responder às questões de 1 a 9.


Por qué los noctámbulos tienen más riesgo de morir antes: es el alcohol y el tabaco, no los hábitos de sueño

Un nuevo estudio descarta una relación directa entre la nocturnidad y una mayor mortalidad, pero encuentra que quienes se acuestan y levantan más tarde tienen más probabilidad de ser fumadores y bebedores

"Los seres humanos somos animales diurnos", como explica María Ángeles Bonmatí, investigadora postdoctotal de CIBER (Instituto de Salud Carlos III) y autora del libro Que nada te quite el sueño (Crítica). Es decir, estamos preparados fisiológicamente para tener actividad durante el día y para descansar durante la noche. Sin embargo, dentro de ese patrón general, añade Bonmatí, "las personas se pueden clasificar en distintos cronotipos" en función de sus relojes internos, condicionados por sus ritmos circadianos. Simplificando, se puede hablar de personas con cronotipo vespertino y personas con cronotipo matutino.

Comparte esta opinión María Ángeles Bonmatí, que apunta que, aunque el cronotipo vespertino ya se había asociado a una mayor probabilidad de presentar factores de riesgo cardiovascular (como la obesidad o el consumo de tabaco), la realidad es que los estudios al respecto "mostraban un incremento en la mortalidad con el cronotipo vespertino, independientemente de estos factores asociados".


El País (modificado)

Marque a alternativa que corresponde a classe gramatical de "un" em "Un nuevo estudio descarta una relación directa entre la nocturnidad".

Alternativas
Q2426172 Espanhol

O texto seguinte servirá de base para responder às questões de 1 a 9.


Por qué los noctámbulos tienen más riesgo de morir antes: es el alcohol y el tabaco, no los hábitos de sueño

Un nuevo estudio descarta una relación directa entre la nocturnidad y una mayor mortalidad, pero encuentra que quienes se acuestan y levantan más tarde tienen más probabilidad de ser fumadores y bebedores

"Los seres humanos somos animales diurnos", como explica María Ángeles Bonmatí, investigadora postdoctotal de CIBER (Instituto de Salud Carlos III) y autora del libro Que nada te quite el sueño (Crítica). Es decir, estamos preparados fisiológicamente para tener actividad durante el día y para descansar durante la noche. Sin embargo, dentro de ese patrón general, añade Bonmatí, "las personas se pueden clasificar en distintos cronotipos" en función de sus relojes internos, condicionados por sus ritmos circadianos. Simplificando, se puede hablar de personas con cronotipo vespertino y personas con cronotipo matutino.

Comparte esta opinión María Ángeles Bonmatí, que apunta que, aunque el cronotipo vespertino ya se había asociado a una mayor probabilidad de presentar factores de riesgo cardiovascular (como la obesidad o el consumo de tabaco), la realidad es que los estudios al respecto "mostraban un incremento en la mortalidad con el cronotipo vespertino, independientemente de estos factores asociados".


El País (modificado)

Marque qual é a finalidade do advérbio "más" em "tienen más probabilidad de ser fumadores y bebedores".

Alternativas
Respostas
141: C
142: A
143: C
144: D
145: C
146: A
147: E
148: A
149: A
150: B
151: A
152: D
153: A
154: A
155: D
156: B
157: C
158: C
159: A
160: A