Texto 4A3-I
La Real Academia Española (RAE) considera que una
lengua es “un sistema de comunicación verbal propio de una
comunidad humana y que cuenta generalmente con escritura”. Y
de un dialecto dice que es una “variedad de un idioma que no
alcanza la categoría social de lengua”. Esa definición ha dado pie
a que los dialectos sean considerados por muchos como un estilo
de habla inferior y sin reconocimiento oficial. Pero los lingüistas
no le atribuyen al término dialecto ninguna carga negativa. Para
los especialistas, un dialecto es simplemente una variedad de
lengua compartida por una comunidad, la forma que tenemos de
hablar una lengua.
Además de los dialectos nacionales, dentro de cada país
también hay variedades lingüísticas. Incluso dentro de una
misma ciudad puede haber modalidades distintas de un barrio a
otro. Se trata de dialectos geográficos o geolectos, como los
llaman los expertos.
“En realidad, se podría decir que hay tantos dialectos
como provincias, regiones y países hispanohablantes. En la
actualidad, se prefiere hablar de áreas lingüísticas. El asunto no
está zanjado, pero los especialistas admiten ocho grandes áreas:
cinco en América (El Caribe, México y Centroamérica, Los
Andes, Río de la Plata y Chile) y tres en España (norte o
septentrional, sur o meridional y Canarias)”, señala Enrique Pato,
doctor en Filología española de la Universidad Autónoma de
Madrid.
“Después, cada país y cada área tienen sus propias
variedades. Algunos estudios recientes, pero desde la fonética y
la pronunciación, han llegado a distinguir hasta 28 modalidades
diferentes. Todo hablante de español habla un dialecto, o una
variedad, por el simple hecho de haber nacido en un lugar
determinado. El problema es que los hablantes no somos
conscientes de ello”, comenta Pato.
Internet: <www.bbc.com> (con adaptaciones).