Questões de Espanhol - Vocabulário | Vocabulario para Concurso
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Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “Basta que” (líneas 12 y 13) puede ser reemplazada sin producir alteraciones semánticas o gramaticales en el texto por
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “por lo visto” (línea 10) es reemplazable, sin producir alteraciones semánticas ni gramaticales en el texto por
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
El vocablo “trastornó” (línea 7) se usa en el texto con el significado de
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “al menos” (línea 2) puede ser reemplazada sin producir alteraciones semánticas o gramaticales en el texto por