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Q3038703 Espanhol
“Tu vida me pertenece”, la primera telenovela de la historia que hace 60 años encendió nuestra pasión

        Fue la primera telenovela latinoamericana. Se empezó a transmitir en Brasil en diciembre de 1951 y mostró el primer beso en vivo de la televisión brasileña. Además, fue la pionera de un género que hoy genera millones de dólares en todo el mundo.
        “No pensé que llegaría a ser tan importante”, recuerda la actriz Vida Alves.
        “Creí que iba a ser algo sencillo, interesante, bonito pero no de tal relevancia. Para mí, era sólo un trabajo.”
        La estrella de televisión brasileña, ahora con más de 80 años de vida y algo frágil, rememora con modestia y orgullo su parte en la revolución televisiva brasileña.
       A principios de la década de los 50, Vida era una joven actriz en la ciudad de São Paulo y la primera estación de televisión – TV Tupi – acababa de lanzarse.
        “El primer programa era una especie de mezcla de todo: todos los géneros, todos los programas, todas las atracciones: eso era TV Tupi. Y ahí fue donde fui a trabajar, por suerte.”
        “Todo era muy básico. Todo el equipo técnico tenía que ser importado de Estados Unidos y todos los programas eran transmitidos desde los estudios en vivo”, le cuenta a la BBC desde Rio de Janeiro Mauro Alencar, escritor y asesor de televisión y telenovelas.
        “Algunas de las grandes tiendas de la ciudad ponían televisiones en sus vitrinas para que la gente pudiera ver los programas y ese nuevo aparato. Era algo totalmente ajeno, como de otro planeta”, explica.
          Desde los años 30, las compañías de jabón estadounidenses habían financiado las radionovelas – de hay en nombre en inglés soap (jabón) operas – para venderle sus productos a las amas de casa.
            A mediados de 1940, las primeras telenovelas aparecieron en la pequeña pantalla en EE.UU.
        En América Latina, cuando TV Tupi empezó en 1950, presentaba adaptaciones de teatro clásico, como las obras de Shakespeare.
        Ese tipo de teleteatro era una manera barata de llenar espacio, como recuerda Vida Alvez, y era popular entre la audiencia.
            “Las obras de teatro televisadas eran el trabajo más importante en la TV en esa época. Era producciones grandiosas que se filmaban los domingos. Las hacían prestándole mucha atención a los detalles. Había un gran teatro en la ciudad con más de 300 sillas y todos se llenaban con hasta 400 personas.”
        “Era la principal atracción del barrio”, cuenta la actriz.

(Disponible en:<https://www.bbc.com/mundo/articles/c19gzz70ndno> . Acceso el: 14/10/2023. Adaptado.)
Considere los términos subrayados: “A mediados de 1940, las primeras telenovelas aparecieron en la pequeña pantalla en EE.UU.” (10º§) Es correcto decir que, por pequeña pantalla, el texto se refiere al (a la):
Alternativas
Q2962364 Espanhol

La frase abajo en que hay un ERROR gramatical es:

Alternativas
Q2962363 Espanhol

Son antónimos inadecuados:

Alternativas
Q2962351 Espanhol

La frase cuyos puntos suspensivos deben ser rellenados por la primeira forma de la palabra entre paréntesis es:

Alternativas
Q2962338 Espanhol

La forma correcta entre las que están abajo es:

Alternativas
Q2962337 Espanhol

La frase abajo que está correcta es:

Alternativas
Q2962333 Espanhol

El vocablo abajo cuyo prefijo NO significa "dos" es:

Alternativas
Q2962328 Espanhol

Con frecuencia se leen en los periódicos expresiones incorrectas; la frase abajo que no contiene ninguna incorrección es:

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Q2911792 Espanhol

Texto VII, para responder las preguntas de 46 a 50.

1 Masculinidad y feminidad, juventud y senectud, son dos parejas de potencias antagónicas. Vienen a ser como estilos

diversos del vivir. Y como todos coexisten en cualquier instante de la historia, se produce entre ellos una colisión, un forcejeo

en que intenta cada cual arrastrar en su sentido, íntegra, la existencia humana. Para comprender bien una época es preciso

4 determinar la ecuación dinámica que en ella dan esas cuatro potencias. Es sobremanera interesante perseguir en los siglos

los desplazamientos del poder hacia una u otra de esas potencias. Entonces se advierte lo que de antemano debía

presumirse: que, siendo rítmica toda vida, lo es también la histórica, y que los ritmos fundamentales son precisamente los

7 biológicos; es decir, que hay épocas en que predominan lo masculino y otras señoreadas por los instintos de la feminidad, que

hay tiempos de jóvenes y tiempos de viejos.

Idem, ibidem.

El vocablo “Entonces” (línea 5) equivale a

Alternativas
Q2911774 Espanhol

Texto VII, para responder las preguntas de 46 a 50.

1 Masculinidad y feminidad, juventud y senectud, son dos parejas de potencias antagónicas. Vienen a ser como estilos

diversos del vivir. Y como todos coexisten en cualquier instante de la historia, se produce entre ellos una colisión, un forcejeo

en que intenta cada cual arrastrar en su sentido, íntegra, la existencia humana. Para comprender bien una época es preciso

4 determinar la ecuación dinámica que en ella dan esas cuatro potencias. Es sobremanera interesante perseguir en los siglos

los desplazamientos del poder hacia una u otra de esas potencias. Entonces se advierte lo que de antemano debía

presumirse: que, siendo rítmica toda vida, lo es también la histórica, y que los ritmos fundamentales son precisamente los

7 biológicos; es decir, que hay épocas en que predominan lo masculino y otras señoreadas por los instintos de la feminidad, que

hay tiempos de jóvenes y tiempos de viejos.

Idem, ibidem.

El sinónimo del vocablo “forcejeo” (línea 2) es

Alternativas
Q2911769 Espanhol

Texto VII, para responder las preguntas de 46 a 50.

1 Masculinidad y feminidad, juventud y senectud, son dos parejas de potencias antagónicas. Vienen a ser como estilos

diversos del vivir. Y como todos coexisten en cualquier instante de la historia, se produce entre ellos una colisión, un forcejeo

en que intenta cada cual arrastrar en su sentido, íntegra, la existencia humana. Para comprender bien una época es preciso

4 determinar la ecuación dinámica que en ella dan esas cuatro potencias. Es sobremanera interesante perseguir en los siglos

los desplazamientos del poder hacia una u otra de esas potencias. Entonces se advierte lo que de antemano debía

presumirse: que, siendo rítmica toda vida, lo es también la histórica, y que los ritmos fundamentales son precisamente los

7 biológicos; es decir, que hay épocas en que predominan lo masculino y otras señoreadas por los instintos de la feminidad, que

hay tiempos de jóvenes y tiempos de viejos.

Idem, ibidem.

La expresión “Vienen a ser” (línea 1) puede ser sustituida, sin producir alteraciones semánticas o gramaticales, por

Alternativas
Q2911758 Espanhol

Texto VI, para responder las preguntas de 38 a 45.

1 Pensando así, había de parecerme sobremanera

verosímil que en los más profundos y amplios fenómenos

históricos aparezca, más o menos claro, el decisivo influjo de

4 las diferencias biológicas más elementales. La vida es

masculina o femenina, es joven o es vieja. ¿Cómo se puede

pensar que estos módulos elementalísimos y divergentes de

7 la vitalidad no sean gigantescos poderes plásticos de la

historia? Fue, a mi juicio, uno de los descubrimientos

sociológicos más importantes el que se hizo, va para treinta

10 años, cuando se advirtió que la organización social más

primitiva no es sino la impronta en la masa colectiva de esas

grandes categorías vitales: sexos y edades. La estructura

13 más primitiva de la sociedad se reduce a dividir los individuos

que la integran en hombres y mujeres, y cada una de estas

clases sexuales en niños, jóvenes y viejos, en clases de

16 edad. Las formas biológicas mismas fueron, por decirlo así,

las primeras instituciones.

Idem, ibidem.

El vocablo “plásticos” (línea 7) es utilizado en el texto con la acepción de

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Q2911705 Espanhol

Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.


Masculinidad y feminidad, juventud y senectud



1 Las variaciones históricas no proceden nunca de

causas externas al organismo humano, al menos dentro de

un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes

4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios

súbitos y extremos de clima — como en los mitos más

arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas

7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la

especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha

asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha

10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más

violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos

glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta

13 que durante algún tiempo la temperatura media del año

descienda cinco o seis grados para que la glacialización se

produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más

16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,

mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea

un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas

19 actúan sólo como excitantes de modificaciones

intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo

responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.

22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,

aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca

idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de

25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus

variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:

<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).

La expresión “hay que” (línea 26) denota

Alternativas
Q2911702 Espanhol

Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.


Masculinidad y feminidad, juventud y senectud



1 Las variaciones históricas no proceden nunca de

causas externas al organismo humano, al menos dentro de

un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes

4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios

súbitos y extremos de clima — como en los mitos más

arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas

7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la

especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha

asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha

10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más

violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos

glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta

13 que durante algún tiempo la temperatura media del año

descienda cinco o seis grados para que la glacialización se

produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más

16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,

mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea

un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas

19 actúan sólo como excitantes de modificaciones

intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo

responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.

22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,

aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca

idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de

25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus

variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:

<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).

El elemento “aun” (línea 22) tiene el mismo significado de

Alternativas
Q2911695 Espanhol

Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.


Masculinidad y feminidad, juventud y senectud



1 Las variaciones históricas no proceden nunca de

causas externas al organismo humano, al menos dentro de

un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes

4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios

súbitos y extremos de clima — como en los mitos más

arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas

7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la

especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha

asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha

10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más

violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos

glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta

13 que durante algún tiempo la temperatura media del año

descienda cinco o seis grados para que la glacialización se

produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más

16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,

mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea

un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas

19 actúan sólo como excitantes de modificaciones

intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo

responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.

22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,

aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca

idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de

25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus

variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:

<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).

El elemento “sólo” (línea 19) es reemplazable por

Alternativas
Q2911681 Espanhol

Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.


Masculinidad y feminidad, juventud y senectud



1 Las variaciones históricas no proceden nunca de

causas externas al organismo humano, al menos dentro de

un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes

4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios

súbitos y extremos de clima — como en los mitos más

arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas

7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la

especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha

asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha

10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más

violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos

glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta

13 que durante algún tiempo la temperatura media del año

descienda cinco o seis grados para que la glacialización se

produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más

16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,

mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea

un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas

19 actúan sólo como excitantes de modificaciones

intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo

responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.

22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,

aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca

idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de

25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus

variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:

<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).

La expresión “Basta que” (líneas 12 y 13) puede ser reemplazada sin producir alteraciones semánticas o gramaticales en el texto por

Alternativas
Q2911672 Espanhol

Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.


Masculinidad y feminidad, juventud y senectud



1 Las variaciones históricas no proceden nunca de

causas externas al organismo humano, al menos dentro de

un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes

4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios

súbitos y extremos de clima — como en los mitos más

arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas

7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la

especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha

asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha

10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más

violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos

glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta

13 que durante algún tiempo la temperatura media del año

descienda cinco o seis grados para que la glacialización se

produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más

16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,

mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea

un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas

19 actúan sólo como excitantes de modificaciones

intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo

responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.

22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,

aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca

idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de

25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus

variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:

<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).

La expresión “por lo visto” (línea 10) es reemplazable, sin producir alteraciones semánticas ni gramaticales en el texto por

Alternativas
Q2911661 Espanhol

Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.


Masculinidad y feminidad, juventud y senectud



1 Las variaciones históricas no proceden nunca de

causas externas al organismo humano, al menos dentro de

un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes

4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios

súbitos y extremos de clima — como en los mitos más

arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas

7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la

especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha

asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha

10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más

violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos

glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta

13 que durante algún tiempo la temperatura media del año

descienda cinco o seis grados para que la glacialización se

produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más

16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,

mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea

un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas

19 actúan sólo como excitantes de modificaciones

intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo

responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.

22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,

aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca

idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de

25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus

variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:

<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).

El vocablo “trastornó” (línea 7) se usa en el texto con el significado de

Alternativas
Q2911657 Espanhol

Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.


Masculinidad y feminidad, juventud y senectud



1 Las variaciones históricas no proceden nunca de

causas externas al organismo humano, al menos dentro de

un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes

4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios

súbitos y extremos de clima — como en los mitos más

arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas

7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la

especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha

asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha

10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más

violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos

glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta

13 que durante algún tiempo la temperatura media del año

descienda cinco o seis grados para que la glacialización se

produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más

16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,

mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea

un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas

19 actúan sólo como excitantes de modificaciones

intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo

responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.

22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,

aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca

idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de

25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus

variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:

<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).

La expresión “al menos” (línea 2) puede ser reemplazada sin producir alteraciones semánticas o gramaticales en el texto por

Alternativas
Q2879821 Espanhol
Analice la relación entre el léxico usado en la Península y en Hispanoamérica. Está incorrecta la alternativa:
Alternativas
Respostas
1: C
2: A
3: E
4: C
5: E
6: E
7: B
8: E
9: D
10: A
11: D
12: E
13: D
14: B
15: C
16: B
17: E
18: B
19: B
20: A