Questões de Concurso
Sobre interpretação de texto | comprensión de lectura em espanhol
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Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En 2016,
podremos disfrutar, en Guanajuato, tanto de los coloquios
como del teatro cervantinos.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En 2016,
Enrique Ruelas y Eulalio Ferrer participarán en el Festival
Cervantino en Guanajuato.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En 2016,
el aspecto físico de la ciudad de Guanajuato no tiene nada que
ver con el de una ciudad cervantina.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En 2016,
el Coloquio Cervantino presume de realizar el mayor homenaje
al escritor español.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Conforme al texto,
tanto Edgar Ceballos como Enrique Ruelas fundaron teatros en
la ciudad de Guanajuato.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Conforme al texto,
Volpi considera que Guanajuato es la villa más cervantina del
mundo.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Conforme al texto,
es posible conocer la acción de Ruelas en la creación del
Festival Cervantino en Guanajuato gracias a la obra de
Ceballos.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Conforme al texto,
el rector de la Universidad de Guanajuato es un personaje de
la obra cervantina.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
De acuerdo con el texto,
en Guanajuato, desde hace tiempo, conviven fraternalmente el
novelista manchego y este municipio mexicano.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
De acuerdo con el texto,
en Guanajuato son especialistas en la elaboración de alimentos
que se ponen en las mesas.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
De acuerdo con el texto,
Miguel de Cervantes nunca intentó llegar a las Indias.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
De acuerdo con el texto,
se percibe, durante todo el año, un brote de concordia entre el
autor de El Quijote y la ciudad mexicana de Guanajuato.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Ruelas
representó, al aire libre, obras de otros autores.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Ruelas
repetirá en 2016 como director teatral de Entremeses.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Ruelas
en su representación de Entremeses se ciñó fielmente al texto
cervantino.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
Ruelas
no logró, con su experiencia dramática en México, alejar el
teatro del ciudadano.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En conformidad con el texto,
con la escenificación de Entremeses se consigue una gran
integración social.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En conformidad con el texto,
en la primera escenificación teatral de Entremeses, los papeles
de políticos y de obreros fueron representados por
guanajuatenses que ejercían esas mismas profesiones en el día
a día.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En conformidad con el texto,
en la primera puesta en escena de Entremeses se necesitaron
farolas.
Texto para la cuestione.
Guanajuato, «más cervantina que Castilla»
A más de 9.000 kilómetros de distancia de aquellos molinos que retrató Cervantes en El Quijote, en la otra orilla de ese Océano Atlántico que el escritor nunca pudo cruzar, hay una ciudad que lleva sesenta y cuatro años rindiéndole tributo. Guanajuato, la capital cervantina de América tal como la calificó la UNESCO, comenzó hace seis décadas a transformarse de la mano de los Entremeses, «hasta convertirse en un lugar más cervantino que la propia Castilla», resalta el historiador teatral mexicano Edgar Ceballos. Una obra que aún sigue representándose en sus calles y que impulsó la creación del Festival Cervantino, uno de los eventos interartísticos más destacados de América Latina.
La hermandad entre la ciudad y el escritor vivirá una auténtica eclosión el próximo mes de octubre cuando el Festival dedique su 44.a edición a este genio de las letras. Una relación que comenzó gracias a Enrique Ruelas (1913-1987), un catedrático y director de teatro que en 1952 trasladó a Guanajuato los Entremeses sin imaginar la trascendencia que la obra tendría para esta ciudad minera del centro de México. La acercó al pueblo al representarla en la vía pública e involucrar en ella a un gran número de guanajuatenses de las más diversas clases sociales. Aquella función marcó así un punto de inflexión en el vínculo que esta urbe mantenía con los escenarios y, de hecho, sesenta y cuatro años después, sigue programándose y atrayendo a un gran número de visitantes
«A Ruelas se le ocurrió enlazar varios entremeses y añadirle un prólogo y un epílogo. Seleccionó una plazuela e invitó a todos los habitantes a vestirse al estilo del siglo XVI. El día del estreno fue impresionante. Resultó algo inédito. Se apagaron las luces y empezaron a deambular medio centenar de personas con trajes propios de esa época», comenta Ceballos, autor de una biografía sobre Ruelas.
Políticos, jueces, diputados,… Hasta el propio rector de la Universidad de Guanajuato participó en los Entremeses interpretando a Don Quijote de La Mancha. Pero no solo la élite universitaria y política de la ciudad se unió al evento. También carniceros, obreros o albañiles tuvieron su papel en estas representaciones que supusieron el despertar turístico de la ciudad. Una obra que impulsó la economía, fue un instrumento de cohesión social y convirtió a Guanajuato en una urbe cervantina.
Fundador de la escuela de teatro en la Nacional Preparatoria y del Teatro Universitario de Guanajuato, Ruelas no solo trasladó a la calle los Entremeses. Un caballero de Olmedo de Lope de Vega o Yerma de García Lorca fueron otras de las obras que este director representó en espacios naturales. Consiguió acercar así el teatro a la gente y en concreto la obra de Cervantes hasta lograr que Guanajuato se convirtiera en un destino cultural de México. Una labor en la que también tuvo un papel determinante Eulalio Ferrer, un exiliado español que se refugió en México y trajo a esta ciudad su colección sobre el escritor. Fundó el Museo Iconográfico del Quijote y creó el Coloquio Cervantino, un encuentro de escritores y expertos de la obra de Cervantes que aún hoy se sigue celebrando.
«Hay dos figuras que convierten a Guanajuato en una ciudad cervantina. Una es Enrique Ruelas y la otra es Eulalio Ferrer. La combinación de ambos hace que el escritor esté tan vivo en esta ciudad, cuya fisonomía es tan cercana a una ciudad del Quijote en particular y de Cervantes en general», ha asegurado el director del Cervantino, Jorge Volpi.
Los coloquios y los entremeses cervantinos que ambos trajeron a esta ciudad serán parte de los actos del festival que esta edición está dedicada al autor de El Quijote. Regresa así este certamen a sus orígenes y recuerda al escritor que impulsó su nacimiento. El Cervantino se jacta este año de celebrar el mayor de los homenajes del planeta a este autor y, de hecho, como aseguró el propio Volpi en la presentación del programa, aspira a convertir a Guanajuato en la capital cervantina del mundo durante el mes de octubre.
El País, julio/2016 (con adaptaciones).
En conformidad con el texto,
representar los Entremeses no ha llegado a ayudar
económicamente al municipio de Guanajuato.