Questões de Concurso Para instituto rio branco

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Ano: 2012 Banca: CESPE / CEBRASPE Órgão: Instituto Rio Branco
Q1225427 História
A ideia de uma União Europeia, de uma forma ou de outra, não era nova. O século XIX havia experimentado na Europa Central uma variedade de uniões alfandegárias, com diferentes graus de sucesso, e, mesmo antes da Primeira Guerra Mundial, ocasionalmente, falava-se com idealismo a respeito da noção de que o futuro da Europa estava na convergência das diversas partes. A própria Primeira Guerra Mundial, longe de dissipar essas visões otimistas, parece ter-lhes conferido mais vigor: conforme Aristide Briand insistia, chegara o momento de superar rivalidades passadas e pensar e falar como europeu, sentir-se europeu. 
Tony Judt. Pós-guerra: uma história da Europa desde 1945.  Rio de Janeiro: Objetiva, 2008, p. 166 (com adaptações). 
Tendo o texto acima como referência inicial e considerando a temática por ele abordada, julgue (C ou E) o item que se segue.
Exemplo de êxito daquilo que o texto identifica como “variedade de uniões alfandegárias”, o Zollverein foi o passo inicial e decisivo para o processo de unificação política alemã. Liderada pela burguesia austríaca, a crescente integração econômica dos Estados germânicos isolou a aristocracia junker e deu suporte à estratégia bismarckiana.
Alternativas
Ano: 2014 Banca: CESPE / CEBRASPE Órgão: Instituto Rio Branco
Q1224244 Espanhol
      ¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!      Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado.       No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera.      ¿Qué presta a mi contento si soy del vano dedo señalado; si, en busca deste viento, ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado?        ¡Oh monte, oh fuente, oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! , roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso.         Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero; no quiero ver el ceño vanamente severo de a quien la sangre ensalza, o el dinero.         Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio está atenido.          Vivir quiero conmigo; gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo.           Del monte en la ladera, por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto ya muestra en esperanza el fruto cierto.          Y como codiciosa por ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura.         Y luego, sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada, de verdura vistiendo y con diversas flores va esparciendo.          El aire del huerto orea y ofrece mil olores al sentido; los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido.          Téngase su tesoro los que de un falso leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían cuando el cierzo y el ábrego porfían.           La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía.            A mí una pobrecilla mesa de amable paz bien abastada, me baste; y la vajilla, de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada.           Y mientras miserable- mente se están los otros abrazando con sed insaciable del peligroso mando, tendido yo a la sombra esté cantando.            A la sombra tendido, de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado.                                                                                      Fray Luis de León. Poesías completas. Clásicos Castalia.                                                                                               Madrid, 2001 (con adaptaciones).
El autor
se deleita con el canto de las aves al despertar.
Alternativas
Ano: 2015 Banca: CESPE / CEBRASPE Órgão: Instituto Rio Branco
Q1223220 Espanhol
Texto II 
1 Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan azules, los astros, a lo lejos.» 4 El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 7 En las noches como esta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. 10 Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 13 Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 16 La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. 19 Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 22 Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 25 De otro, será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 28 Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. 31 Aunque este sea el último dolor que ella me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo. 
Pablo Neruda. Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
El vocablo «la», en «guardarla» (v.15),
sustituye a la amada.
Alternativas
Ano: 2015 Banca: CESPE / CEBRASPE Órgão: Instituto Rio Branco
Q1223037 Espanhol
Texto II 
1 Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan azules, los astros, a lo lejos.» 4 El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 7 En las noches como esta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. 10 Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 13 Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 16 La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. 19 Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 22 Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 25 De otro, será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 28 Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. 31 Aunque este sea el último dolor que ella me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo. 
Pablo Neruda. Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
De acuerdo con el verso veinticinco, para el vate
ella está con otra persona.
Alternativas
Ano: 2015 Banca: CESPE / CEBRASPE Órgão: Instituto Rio Branco
Q1223023 Espanhol
Texto II 
1 Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan azules, los astros, a lo lejos.» 4 El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 7 En las noches como esta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. 10 Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 13 Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 16 La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. 19 Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 22 Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 25 De otro, será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 28 Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. 31 Aunque este sea el último dolor que ella me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo. 
Pablo Neruda. Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
El vocablo «la», en «guardarla» (v.15),
sustituye la noche inmensa.
Alternativas
Respostas
891: E
892: C
893: C
894: E
895: E