Questões de Concurso Sobre espanhol

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Q3051599 Espanhol
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Sobre los gafes y la mala suerte

Rosa Montero
23 OCT 2005 - 12:55 BRST

    Una de las supersticiones más extendidas en nuestro país, ______ (1) poca gente hable de ello de manera _________ (2), es la creencia en los gafes, es decir, en aquellos individuos que, supuestamente, ________ (3) a modo de pararrayos negativo, atrayendo todo tipo de desgracias sobre las personas que les rodean, sin que ellos ______ (4) por lo general el menor daño. Los gafes muy notorios, en fin, pueden ______ (5) incluso en la distancia, con la mera pronunciación de su nombre o la visión de una foto suya. El miedo al gafe suele abundar en los medios artísticos, en el teatro, el cine; en las actividades en las que uno arriesga mucho en un breve instante, como en el mundo taurino o el deportivo, y yo diría que, en general, se da más en Andalucía que en el Norte de España. Pero hay crédulos en casi todas partes. “Hijos como somos del azar, no podemos controlar”
   Asombra comprobar cuánta gente culta, inteligente, preparada y eminentemente racional cede a la tentación del miedo al gafe. Cuando surge la conversación (y surge poco, tal vez por vergüenza al propio desatino y seguramente por precaución, porque mencionar al gafe atrae maleficios), todos suelen disculparse: “No, yo no es que crea, pero es que Fulanito de Tal es tremendo, no sabes las cosas que pasan en cuanto que aparece Y, por si acaso”. Recuerdo que, en mi juventud, había un productor de cine, un hombre encantador, al que todo el mundo huía con ahínco. Le llamaban el Innombrable y en el mundillo artístico se le tenía verdadero terror. Yo le conocí porque compró, junto con otra empresa, los derechos de mi primera novela para hacer una película. Película que nunca se hizo porque poco antes de comenzar el rodaje pasó, ya no recuerdo bien, no sé qué catástrofe financiera: la quiebra de la productora o algo así. Suena ominoso, pero creo que en realidad fue una buena cosa para mí que no se hiciera el film: mi primera novela era bastante mala.
    Es muy fácil arrojarle a alguien encima el estigma de gafe. Basta con resaltar unas cuantas coincidencias personales con la mala suerte y echar la bola a rodar. Zapatero, ya se sabe, ha sido dictaminado como gran gafe por parte de la oposición, porque apoyó a Kerry y éste perdió frente Bush, a Schröder y el alemán cayó en picado electoralmente, a Chirac cuando el catastrófico referéndum francés, a la fallida candidatura de Madrid 2012 y no sé cuántas otras calamidades más que le van añadiendo. Siendo presidente del Gobierno como es, Zapatero tiene espaldas suficientes para soportar el sambenito (son como tentempiés, estos políticos), pero lo cierto es que el tachar a alguien de gafe puede ser un acto de una crueldad social indescriptible. Sin comerlo y sin beberlo, sin tener ni idea de porqué, sin poder hacer nada para cambiar su sino incluso si llega a saber lo que le pasa, una persona puede ser demonizada y marginada. Puede convertirse en un apestado y vivir preso dentro de una campana de rechazo y silencio. En tiempos más irracionales aún que los actuales, y en pueblos pequeños, hubo algún supuesto gafe que se acabó suicidando.
    Yo, ya digo, no creo en los gafes, de la misma manera en que no creo en la buena suerte. Pienso que vamos construyendo nuestros destinos día a día, con mil pequeñas decisiones. Hijos como somos del azar, no podemos controlar lo que nos sucede en la existencia, pero sí podemos escoger la manera en que respondemos a lo que nos sucede. A veces, el abanico de posibilidades de respuesta es muy pequeño, pero siempre hay una elección, aunque sea ínfima. Y en esa elección nos ganamos la vida, nos construimos o destruimos como personas. Tomemos, por ejemplo, la actitud que uno puede asumir frente al propio dolor. Hay gente que ha sufrido mucho y que ha escogido enquistarse en el daño y creer que por eso todo le está permitido, que el universo entero le está en deuda. Estos individuos sí que existen y son mucho más nefastos y dañinos que los gafes.
    Ahora bien, debo confesar que sí creo en la existencia de la mala suerte. Me explico: he visto demasiadas veces vidas bien vividas, personas estupendas y esforzadas que han hecho lo indecible por salir adelante. Y, de golpe, cuando van a cosechar el fruto de su esfuerzo, les atropella un camión, o sus hijos se matan en un accidente, o enferman de un cáncer fulminante. O son tachados tontamente de gafes. ¿Cómo denominar a esos golpes ciegos y crueles de la vida? Yo los llamo mala suerte. Pues eso: ojalá la mala suerte no nos mire, que la buena ya nos la buscamos nosotros solos.

(Disponible en: El País, https://elpais.com/diario/. Acceso en: 18/08/2024. Adaptación.)
De acuerdo con el texto, es possible decir:
Alternativas
Q3051598 Espanhol
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Sobre los gafes y la mala suerte

Rosa Montero
23 OCT 2005 - 12:55 BRST

    Una de las supersticiones más extendidas en nuestro país, ______ (1) poca gente hable de ello de manera _________ (2), es la creencia en los gafes, es decir, en aquellos individuos que, supuestamente, ________ (3) a modo de pararrayos negativo, atrayendo todo tipo de desgracias sobre las personas que les rodean, sin que ellos ______ (4) por lo general el menor daño. Los gafes muy notorios, en fin, pueden ______ (5) incluso en la distancia, con la mera pronunciación de su nombre o la visión de una foto suya. El miedo al gafe suele abundar en los medios artísticos, en el teatro, el cine; en las actividades en las que uno arriesga mucho en un breve instante, como en el mundo taurino o el deportivo, y yo diría que, en general, se da más en Andalucía que en el Norte de España. Pero hay crédulos en casi todas partes. “Hijos como somos del azar, no podemos controlar”
   Asombra comprobar cuánta gente culta, inteligente, preparada y eminentemente racional cede a la tentación del miedo al gafe. Cuando surge la conversación (y surge poco, tal vez por vergüenza al propio desatino y seguramente por precaución, porque mencionar al gafe atrae maleficios), todos suelen disculparse: “No, yo no es que crea, pero es que Fulanito de Tal es tremendo, no sabes las cosas que pasan en cuanto que aparece Y, por si acaso”. Recuerdo que, en mi juventud, había un productor de cine, un hombre encantador, al que todo el mundo huía con ahínco. Le llamaban el Innombrable y en el mundillo artístico se le tenía verdadero terror. Yo le conocí porque compró, junto con otra empresa, los derechos de mi primera novela para hacer una película. Película que nunca se hizo porque poco antes de comenzar el rodaje pasó, ya no recuerdo bien, no sé qué catástrofe financiera: la quiebra de la productora o algo así. Suena ominoso, pero creo que en realidad fue una buena cosa para mí que no se hiciera el film: mi primera novela era bastante mala.
    Es muy fácil arrojarle a alguien encima el estigma de gafe. Basta con resaltar unas cuantas coincidencias personales con la mala suerte y echar la bola a rodar. Zapatero, ya se sabe, ha sido dictaminado como gran gafe por parte de la oposición, porque apoyó a Kerry y éste perdió frente Bush, a Schröder y el alemán cayó en picado electoralmente, a Chirac cuando el catastrófico referéndum francés, a la fallida candidatura de Madrid 2012 y no sé cuántas otras calamidades más que le van añadiendo. Siendo presidente del Gobierno como es, Zapatero tiene espaldas suficientes para soportar el sambenito (son como tentempiés, estos políticos), pero lo cierto es que el tachar a alguien de gafe puede ser un acto de una crueldad social indescriptible. Sin comerlo y sin beberlo, sin tener ni idea de porqué, sin poder hacer nada para cambiar su sino incluso si llega a saber lo que le pasa, una persona puede ser demonizada y marginada. Puede convertirse en un apestado y vivir preso dentro de una campana de rechazo y silencio. En tiempos más irracionales aún que los actuales, y en pueblos pequeños, hubo algún supuesto gafe que se acabó suicidando.
    Yo, ya digo, no creo en los gafes, de la misma manera en que no creo en la buena suerte. Pienso que vamos construyendo nuestros destinos día a día, con mil pequeñas decisiones. Hijos como somos del azar, no podemos controlar lo que nos sucede en la existencia, pero sí podemos escoger la manera en que respondemos a lo que nos sucede. A veces, el abanico de posibilidades de respuesta es muy pequeño, pero siempre hay una elección, aunque sea ínfima. Y en esa elección nos ganamos la vida, nos construimos o destruimos como personas. Tomemos, por ejemplo, la actitud que uno puede asumir frente al propio dolor. Hay gente que ha sufrido mucho y que ha escogido enquistarse en el daño y creer que por eso todo le está permitido, que el universo entero le está en deuda. Estos individuos sí que existen y son mucho más nefastos y dañinos que los gafes.
    Ahora bien, debo confesar que sí creo en la existencia de la mala suerte. Me explico: he visto demasiadas veces vidas bien vividas, personas estupendas y esforzadas que han hecho lo indecible por salir adelante. Y, de golpe, cuando van a cosechar el fruto de su esfuerzo, les atropella un camión, o sus hijos se matan en un accidente, o enferman de un cáncer fulminante. O son tachados tontamente de gafes. ¿Cómo denominar a esos golpes ciegos y crueles de la vida? Yo los llamo mala suerte. Pues eso: ojalá la mala suerte no nos mire, que la buena ya nos la buscamos nosotros solos.

(Disponible en: El País, https://elpais.com/diario/. Acceso en: 18/08/2024. Adaptación.)
Sobre las palabras (1), (2), (3), (4) y (5), es posible rellenar los huecos con la siguiente alternativa:
Alternativas
Q3051597 Espanhol

Observe la tirita de Mafalda para contestar la cuestione.



(Disponível em: https://www.researchgate.net/publication/334692978/figure/fig1/AS:784732862283779@1564106302631/Figura-1-Tirinha-1- Mafalda-em-espanhol-el-yo-yo.jpg.)

Sobre los aspectos gramaticales y socioculturales de la tirita, es posible decir que:
Alternativas
Q3051596 Espanhol

Observe la tirita de Mafalda para contestar la cuestione.



(Disponível em: https://www.researchgate.net/publication/334692978/figure/fig1/AS:784732862283779@1564106302631/Figura-1-Tirinha-1- Mafalda-em-espanhol-el-yo-yo.jpg.)

Elija la opción correcta.
Alternativas
Q3051595 Espanhol
El voseo se usa en ciertas regiones, como la región del Río de la Plata, el Paraguay, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y parte de Bolivia. Es caracterizado por la utilización del pronombre “vos” como alternativa a “tú” y “usted” para dirigirse a la segunda persona del singular en español. Sobre el voseo, elija la opción correcta. 
Alternativas
Q3051594 Espanhol
Rellene los huecos y luego elija la opción correcta.

I. “_______ no tengas plata, vas a salir hoy.”
II. “Portugués ______ historia son las asignaturas que más me gustan.”
III. “Van a llegar en septiembre ______ octubre.”
IV. “Camina todos los días por gusto, ________ lo necessite.” 
Alternativas
Q3051593 Espanhol
Elija la opción INCORRECTA. Una cuestión puede ser:
Alternativas
Q3051592 Espanhol
Elija la opción correcta.
Alternativas
Q3051591 Espanhol
Las palabras abajo son falsos cognados en relación al português, EXCEPTO:
Alternativas
Q3051590 Espanhol
Rellene los huecos y luego elija la opción correcta.

I. “A mí no me gusta mucho el ______.”
II. “Dile a tu hijo que te ____ respecto.”
III. “___ buen alumno.”
IV. “____ no quiere jugar.” 
Alternativas
Q3051589 Espanhol
Sobre la tilde diacrítica, elija la opción con la aplicación INCORRECTA.
Alternativas
Q3051588 Espanhol
Relaciona las columnas; luego, selecciona la respuesta correcta.

1. Persona torpe de manos, desmañada.
2. Que todavía no tiene barba.
3. Que no tiene barba o que tiene poca.
4. Persona que tiene gran habilidad para una actividad manual o un oficio.

( ) Barbilampiño.
( ) Manazas.
( ) Manitas.
( ) Imberbe.
Alternativas
Q3051587 Espanhol
En los grupos abajo todas las palabras siguen la misma regla de acentuación, EXCEPTO:
Alternativas
Q3051586 Espanhol
Rellene los huecos y luego elija la opción correcta.

I. “Marcos es un _____ padre para sus hijos.”
II. “Rosa no come ______.”
III. “Ella vive _____ cerca de nosotros.”
IV. “Carla se ha levantado ______ temprano.” 
Alternativas
Q3051585 Espanhol
Elija la opción correcta.
Alternativas
Q3051584 Espanhol
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Comida chatarra: por qué los alimentos “malos” saben tan bien

     Todos sabemos que nos hace mal y que la debemos evitar. Pero ¿qué hace que la comida chatarra sea tan irresistiblemente Buena?
      Eso le consultó un oyente a los “detectives científicos” de la BBC, el biólogo Adam Rutherford y la matemática Hannah Fry, presentadores del programa de radio “Los casos curiosos de Rutherford y Fry”, que se dedica a investigar misterios de la vida diaria enviados por el público.
    “¿Por qué la comida mala sabe tan bien?”, preguntó Alan Fouracre desde Nueva Zelanda, aclarando que se refería a cosas como “salchichas, papas fritas y chocolate”.

      Huele rico
      “Lo que impulsa nuestro antojo es nuestro olfato”, explicó el experto.
     El olor a cierto tipo de comida hace que nuestro sistema digestivo se encienda y reclame ser alimentado.
     Y una vez que la comida está en nuestra boca, también es nuestra nariz la que nos permite sentir toda la sutileza de su sabor.
    “Son miles de sabores, es algo muy sofisticado”, detalló Miodownik.
   El papel que juega el olfato explica por qué muchas de estas comidas – por ejemplo una hamburguesa o el tocino fritonos resultan irresistibles cuando están calientes, pero ya no nos interesan frías.

    ¿Y las gaseosas?
   Pero si el calor es un factor importante para explicar la atracción de la comida chatarra, ¿qué pasa con las gaseosas, consideradas unas de las principales culpables del aumento de la obesidad en el mundo?
   O con el chocolate y las golosinas, que nos cuesta tanto comer en moderación.
   Una de las expertas en alimentos más reconocida del mundo, la profesora Linda Bartoshuk de la Universidad de Florida, le explicó al programa por qué los alimentos llenos de azúcar nos atraen tanto.
   “El combustible para el cerebro es la glucosa, que es dulce, y a lo largo de la evolución nuestros cerebros se han desarrollado de tal forma de hacernos amar lo dulce, porque lo necesitamos”, señaló.
     Esto explica por qué salimos en busca de alimentos dulces y por qué los disfrutamos tanto.
    Bartoshuk señala que esta conexión “viene de nacimiento” e incluso antes: se ha comprobado que hasta los fetos disfrutan de lo dulce.

    El aspecto psicológico
   “Cuando clasificas una comida como mala creas una sensación de culpa de comerlo que lleva a pensar que eso debe ser particularmente placentero y puede hacerlo más difícil de resistir”, opinó Anthony Warner, quien escribe sobre comida bajo el pseudónimo The Angry Chef (el chef enojado).
    “Es como poner esa comida sobre un pedestal y convertirla en comida prohibida. Hará que la desees más”, señaló.
     Según Warner, la gente más culposa suele ser la que tiene menos control sobre lo que come y a la que más le cuesta mejorar sus hábitos alimenticios.
     “Al llamarla mala la haces más difícil de resistir”, aseguró.
     Entonces, ¿cuál es la solución para comer más sano, según los detectives científicos de la BBC?
    “Come con moderación y disfrútalo. Necesitamos grasas, azúcares y alimentos salados”. “Tan solo no comas demasiado”.

(Disponible en: < https://www.bbc.com/mundo/noticias-46613759>. Acceso el: 25/08/2024. Adaptado.)
Según el texto, la forma de tener una alimentación saludable sin problemas con la comida chatarra es:
Alternativas
Q3051583 Espanhol
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Comida chatarra: por qué los alimentos “malos” saben tan bien

     Todos sabemos que nos hace mal y que la debemos evitar. Pero ¿qué hace que la comida chatarra sea tan irresistiblemente Buena?
      Eso le consultó un oyente a los “detectives científicos” de la BBC, el biólogo Adam Rutherford y la matemática Hannah Fry, presentadores del programa de radio “Los casos curiosos de Rutherford y Fry”, que se dedica a investigar misterios de la vida diaria enviados por el público.
    “¿Por qué la comida mala sabe tan bien?”, preguntó Alan Fouracre desde Nueva Zelanda, aclarando que se refería a cosas como “salchichas, papas fritas y chocolate”.

      Huele rico
      “Lo que impulsa nuestro antojo es nuestro olfato”, explicó el experto.
     El olor a cierto tipo de comida hace que nuestro sistema digestivo se encienda y reclame ser alimentado.
     Y una vez que la comida está en nuestra boca, también es nuestra nariz la que nos permite sentir toda la sutileza de su sabor.
    “Son miles de sabores, es algo muy sofisticado”, detalló Miodownik.
   El papel que juega el olfato explica por qué muchas de estas comidas – por ejemplo una hamburguesa o el tocino fritonos resultan irresistibles cuando están calientes, pero ya no nos interesan frías.

    ¿Y las gaseosas?
   Pero si el calor es un factor importante para explicar la atracción de la comida chatarra, ¿qué pasa con las gaseosas, consideradas unas de las principales culpables del aumento de la obesidad en el mundo?
   O con el chocolate y las golosinas, que nos cuesta tanto comer en moderación.
   Una de las expertas en alimentos más reconocida del mundo, la profesora Linda Bartoshuk de la Universidad de Florida, le explicó al programa por qué los alimentos llenos de azúcar nos atraen tanto.
   “El combustible para el cerebro es la glucosa, que es dulce, y a lo largo de la evolución nuestros cerebros se han desarrollado de tal forma de hacernos amar lo dulce, porque lo necesitamos”, señaló.
     Esto explica por qué salimos en busca de alimentos dulces y por qué los disfrutamos tanto.
    Bartoshuk señala que esta conexión “viene de nacimiento” e incluso antes: se ha comprobado que hasta los fetos disfrutan de lo dulce.

    El aspecto psicológico
   “Cuando clasificas una comida como mala creas una sensación de culpa de comerlo que lleva a pensar que eso debe ser particularmente placentero y puede hacerlo más difícil de resistir”, opinó Anthony Warner, quien escribe sobre comida bajo el pseudónimo The Angry Chef (el chef enojado).
    “Es como poner esa comida sobre un pedestal y convertirla en comida prohibida. Hará que la desees más”, señaló.
     Según Warner, la gente más culposa suele ser la que tiene menos control sobre lo que come y a la que más le cuesta mejorar sus hábitos alimenticios.
     “Al llamarla mala la haces más difícil de resistir”, aseguró.
     Entonces, ¿cuál es la solución para comer más sano, según los detectives científicos de la BBC?
    “Come con moderación y disfrútalo. Necesitamos grasas, azúcares y alimentos salados”. “Tan solo no comas demasiado”.

(Disponible en: < https://www.bbc.com/mundo/noticias-46613759>. Acceso el: 25/08/2024. Adaptado.)
Considere el término subrayado en “O con el chocolate y las golosinas, que nos cuesta tanto comer en moderación.” (12º§) Es correcto decir que él podría ser sustituido, sin cambio de sentido, por los términos abajo, EXCEPTO:
Alternativas
Q3051582 Espanhol
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Comida chatarra: por qué los alimentos “malos” saben tan bien

     Todos sabemos que nos hace mal y que la debemos evitar. Pero ¿qué hace que la comida chatarra sea tan irresistiblemente Buena?
      Eso le consultó un oyente a los “detectives científicos” de la BBC, el biólogo Adam Rutherford y la matemática Hannah Fry, presentadores del programa de radio “Los casos curiosos de Rutherford y Fry”, que se dedica a investigar misterios de la vida diaria enviados por el público.
    “¿Por qué la comida mala sabe tan bien?”, preguntó Alan Fouracre desde Nueva Zelanda, aclarando que se refería a cosas como “salchichas, papas fritas y chocolate”.

      Huele rico
      “Lo que impulsa nuestro antojo es nuestro olfato”, explicó el experto.
     El olor a cierto tipo de comida hace que nuestro sistema digestivo se encienda y reclame ser alimentado.
     Y una vez que la comida está en nuestra boca, también es nuestra nariz la que nos permite sentir toda la sutileza de su sabor.
    “Son miles de sabores, es algo muy sofisticado”, detalló Miodownik.
   El papel que juega el olfato explica por qué muchas de estas comidas – por ejemplo una hamburguesa o el tocino fritonos resultan irresistibles cuando están calientes, pero ya no nos interesan frías.

    ¿Y las gaseosas?
   Pero si el calor es un factor importante para explicar la atracción de la comida chatarra, ¿qué pasa con las gaseosas, consideradas unas de las principales culpables del aumento de la obesidad en el mundo?
   O con el chocolate y las golosinas, que nos cuesta tanto comer en moderación.
   Una de las expertas en alimentos más reconocida del mundo, la profesora Linda Bartoshuk de la Universidad de Florida, le explicó al programa por qué los alimentos llenos de azúcar nos atraen tanto.
   “El combustible para el cerebro es la glucosa, que es dulce, y a lo largo de la evolución nuestros cerebros se han desarrollado de tal forma de hacernos amar lo dulce, porque lo necesitamos”, señaló.
     Esto explica por qué salimos en busca de alimentos dulces y por qué los disfrutamos tanto.
    Bartoshuk señala que esta conexión “viene de nacimiento” e incluso antes: se ha comprobado que hasta los fetos disfrutan de lo dulce.

    El aspecto psicológico
   “Cuando clasificas una comida como mala creas una sensación de culpa de comerlo que lleva a pensar que eso debe ser particularmente placentero y puede hacerlo más difícil de resistir”, opinó Anthony Warner, quien escribe sobre comida bajo el pseudónimo The Angry Chef (el chef enojado).
    “Es como poner esa comida sobre un pedestal y convertirla en comida prohibida. Hará que la desees más”, señaló.
     Según Warner, la gente más culposa suele ser la que tiene menos control sobre lo que come y a la que más le cuesta mejorar sus hábitos alimenticios.
     “Al llamarla mala la haces más difícil de resistir”, aseguró.
     Entonces, ¿cuál es la solución para comer más sano, según los detectives científicos de la BBC?
    “Come con moderación y disfrútalo. Necesitamos grasas, azúcares y alimentos salados”. “Tan solo no comas demasiado”.

(Disponible en: < https://www.bbc.com/mundo/noticias-46613759>. Acceso el: 25/08/2024. Adaptado.)
Considere el término subrayado en “Son miles de sabores, es algo muy sofisticado […] (8º§). Él fue utilizado para indicar que los sabores NO son:
Alternativas
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Comida chatarra: por qué los alimentos “malos” saben tan bien

     Todos sabemos que nos hace mal y que la debemos evitar. Pero ¿qué hace que la comida chatarra sea tan irresistiblemente Buena?
      Eso le consultó un oyente a los “detectives científicos” de la BBC, el biólogo Adam Rutherford y la matemática Hannah Fry, presentadores del programa de radio “Los casos curiosos de Rutherford y Fry”, que se dedica a investigar misterios de la vida diaria enviados por el público.
    “¿Por qué la comida mala sabe tan bien?”, preguntó Alan Fouracre desde Nueva Zelanda, aclarando que se refería a cosas como “salchichas, papas fritas y chocolate”.

      Huele rico
      “Lo que impulsa nuestro antojo es nuestro olfato”, explicó el experto.
     El olor a cierto tipo de comida hace que nuestro sistema digestivo se encienda y reclame ser alimentado.
     Y una vez que la comida está en nuestra boca, también es nuestra nariz la que nos permite sentir toda la sutileza de su sabor.
    “Son miles de sabores, es algo muy sofisticado”, detalló Miodownik.
   El papel que juega el olfato explica por qué muchas de estas comidas – por ejemplo una hamburguesa o el tocino fritonos resultan irresistibles cuando están calientes, pero ya no nos interesan frías.

    ¿Y las gaseosas?
   Pero si el calor es un factor importante para explicar la atracción de la comida chatarra, ¿qué pasa con las gaseosas, consideradas unas de las principales culpables del aumento de la obesidad en el mundo?
   O con el chocolate y las golosinas, que nos cuesta tanto comer en moderación.
   Una de las expertas en alimentos más reconocida del mundo, la profesora Linda Bartoshuk de la Universidad de Florida, le explicó al programa por qué los alimentos llenos de azúcar nos atraen tanto.
   “El combustible para el cerebro es la glucosa, que es dulce, y a lo largo de la evolución nuestros cerebros se han desarrollado de tal forma de hacernos amar lo dulce, porque lo necesitamos”, señaló.
     Esto explica por qué salimos en busca de alimentos dulces y por qué los disfrutamos tanto.
    Bartoshuk señala que esta conexión “viene de nacimiento” e incluso antes: se ha comprobado que hasta los fetos disfrutan de lo dulce.

    El aspecto psicológico
   “Cuando clasificas una comida como mala creas una sensación de culpa de comerlo que lleva a pensar que eso debe ser particularmente placentero y puede hacerlo más difícil de resistir”, opinó Anthony Warner, quien escribe sobre comida bajo el pseudónimo The Angry Chef (el chef enojado).
    “Es como poner esa comida sobre un pedestal y convertirla en comida prohibida. Hará que la desees más”, señaló.
     Según Warner, la gente más culposa suele ser la que tiene menos control sobre lo que come y a la que más le cuesta mejorar sus hábitos alimenticios.
     “Al llamarla mala la haces más difícil de resistir”, aseguró.
     Entonces, ¿cuál es la solución para comer más sano, según los detectives científicos de la BBC?
    “Come con moderación y disfrútalo. Necesitamos grasas, azúcares y alimentos salados”. “Tan solo no comas demasiado”.

(Disponible en: < https://www.bbc.com/mundo/noticias-46613759>. Acceso el: 25/08/2024. Adaptado.)
Los heterogenéricos son sustantivos que, en el español y el portugués, presentan diferencias de género gramatical. Los términos abajo son ejemplos de palabras heterogenéricas, EXCEPTO:
Alternativas
Q3051580 Espanhol
Haga la lectura del texto para contestar la cuestione.

Comida chatarra: por qué los alimentos “malos” saben tan bien

     Todos sabemos que nos hace mal y que la debemos evitar. Pero ¿qué hace que la comida chatarra sea tan irresistiblemente Buena?
      Eso le consultó un oyente a los “detectives científicos” de la BBC, el biólogo Adam Rutherford y la matemática Hannah Fry, presentadores del programa de radio “Los casos curiosos de Rutherford y Fry”, que se dedica a investigar misterios de la vida diaria enviados por el público.
    “¿Por qué la comida mala sabe tan bien?”, preguntó Alan Fouracre desde Nueva Zelanda, aclarando que se refería a cosas como “salchichas, papas fritas y chocolate”.

      Huele rico
      “Lo que impulsa nuestro antojo es nuestro olfato”, explicó el experto.
     El olor a cierto tipo de comida hace que nuestro sistema digestivo se encienda y reclame ser alimentado.
     Y una vez que la comida está en nuestra boca, también es nuestra nariz la que nos permite sentir toda la sutileza de su sabor.
    “Son miles de sabores, es algo muy sofisticado”, detalló Miodownik.
   El papel que juega el olfato explica por qué muchas de estas comidas – por ejemplo una hamburguesa o el tocino fritonos resultan irresistibles cuando están calientes, pero ya no nos interesan frías.

    ¿Y las gaseosas?
   Pero si el calor es un factor importante para explicar la atracción de la comida chatarra, ¿qué pasa con las gaseosas, consideradas unas de las principales culpables del aumento de la obesidad en el mundo?
   O con el chocolate y las golosinas, que nos cuesta tanto comer en moderación.
   Una de las expertas en alimentos más reconocida del mundo, la profesora Linda Bartoshuk de la Universidad de Florida, le explicó al programa por qué los alimentos llenos de azúcar nos atraen tanto.
   “El combustible para el cerebro es la glucosa, que es dulce, y a lo largo de la evolución nuestros cerebros se han desarrollado de tal forma de hacernos amar lo dulce, porque lo necesitamos”, señaló.
     Esto explica por qué salimos en busca de alimentos dulces y por qué los disfrutamos tanto.
    Bartoshuk señala que esta conexión “viene de nacimiento” e incluso antes: se ha comprobado que hasta los fetos disfrutan de lo dulce.

    El aspecto psicológico
   “Cuando clasificas una comida como mala creas una sensación de culpa de comerlo que lleva a pensar que eso debe ser particularmente placentero y puede hacerlo más difícil de resistir”, opinó Anthony Warner, quien escribe sobre comida bajo el pseudónimo The Angry Chef (el chef enojado).
    “Es como poner esa comida sobre un pedestal y convertirla en comida prohibida. Hará que la desees más”, señaló.
     Según Warner, la gente más culposa suele ser la que tiene menos control sobre lo que come y a la que más le cuesta mejorar sus hábitos alimenticios.
     “Al llamarla mala la haces más difícil de resistir”, aseguró.
     Entonces, ¿cuál es la solución para comer más sano, según los detectives científicos de la BBC?
    “Come con moderación y disfrútalo. Necesitamos grasas, azúcares y alimentos salados”. “Tan solo no comas demasiado”.

(Disponible en: < https://www.bbc.com/mundo/noticias-46613759>. Acceso el: 25/08/2024. Adaptado.)
Considere el término subrayado en “Cuando clasificas una comida como mala creas una sensación de culpa de comerlo que lleva a pensar que eso debe ser particularmente placentero [...] (18º§) Son palabras que podrían sustituirlo, sin cambio de sentido, EXCEPTO:
Alternativas
Respostas
21: B
22: A
23: C
24: C
25: D
26: B
27: D
28: D
29: A
30: A
31: C
32: C
33: D
34: A
35: D
36: D
37: C
38: B
39: B
40: A