Questões de Concurso
Comentadas sobre significação contextual de palavras e expressões | significacción contextual de palabras y expresiones em espanhol
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Según el texto, juzgue los siguientes ítems.

De acuerdo con el texto, juzgue los siguientes ítems.

De acuerdo con el texto, juzgue los siguientes ítems.

De acuerdo con el texto, juzgue los siguientes ítems.

Con referencia al texto precedente, juzgue los ítems subsecuentes.
La atracción del destino turístico
La atracción que ejerce un destino turístico se relaciona con dos elementos básicos: los recursos turísticos (clima, patrimonio cultural, riqueza paisajística, tranquilidad etc.) y la oferta turística en sentido estricto, aunque en la práctica a veces resulte difícil distinguir entre un y otro concepto porque la oferta en sí misma puede ser un factor de atracción. La oferta turística sería, en principio, la que permitiría el disfrute de los recursos de atracción turística. Esto genera una particularidad del turismo en términos de mercados y satisfacción del cliente, dado que algunos de los factores que motivan el consumo son gratuitos (clima, playa, tranquilidad, paseos). En consecuencia, la satisfacción de los turistas no va a depender solamente de las empresas que prestan servicios, sino de factores exógenos y no controlables, como puede ser la climatología. Con frecuencia los recursos turísticos tienen el carácter de bienes públicos o de recursos comunes. Los bienes públicos (no confundir con bienes cuyo titular es la administración pública) son aquellos para los que no existe exclusividad ni rivalidad. La no existencia de exclusividad hace referencia a que nadie puede ser excluido de su uso, por ejemplo el clima. La no existencia de rivalidad hace referencia a que el disfrute del bien por parte de un consumidor no disminuye la cantidad disponible para otros. Los recursos comunes son aquellos que no presentan exclusividad pero sí rivalidad, es decir, no es posible en principio excluir a nadie de su consumo, si bien el consumo por parte de un agente económico reduce la cantidad disponible para otros. En una primera aproximación, un ejemplo de recurso común sería una playa o una atracción natural, que pueden ser disfrutadas por todo el mundo, si bien el consumo de cada turista puede reducir la satisfacción de los demás, debido a la masificación y al deterioro asociados a su disfrute. Internet: (adaptado).
El turismo no es un producto que se consume de una vez. Por el contrario, está formado por un amplio conjunto de bienes y servicios ofrecidos por diferentes empresas que se combinan, a su vez, con los recursos turísticos del destino. Por ello se habla del carácter mixto del producto turístico, puesto que está formado por un conjunto heterogéneo de bienes y servicios. Los turistas no consumen solamente productos característicos del turismo, sino que su gasto puede abarcar prácticamente a la totalidad de las actividades económicas que venden bienes y servicios a los consumidores. Este carácter multiproducto incorpora complejidad en el análisis del sector, puesto que existen interdependencias entre los oferentes. Así, la regularidad o puntualidad del transporte aéreo afecta positivamente a las empresas de alojamiento; la calidad de la oferta de ocio tiene efectos sobre las empresas de restauración etc. Es decir, en el sector turístico opera un conjunto amplio de empresas formalmente independientes pero que dependen de forma crucial entre sí, con fuertes relaciones de complementariedad. El consumidor trata de obtener la máxima satisfacción global en su consumo, mientras que cada empresa tiene intereses relativamente particulares en relación al turista, aunque en realidad la satisfacción de su cliente depende del comportamiento de otras empresas. Internet: (adaptado)
Texto VII, para responder las preguntas de 46 a 50.
1 Masculinidad y feminidad, juventud y senectud, son dos parejas de potencias antagónicas. Vienen a ser como estilos
diversos del vivir. Y como todos coexisten en cualquier instante de la historia, se produce entre ellos una colisión, un forcejeo
en que intenta cada cual arrastrar en su sentido, íntegra, la existencia humana. Para comprender bien una época es preciso
4 determinar la ecuación dinámica que en ella dan esas cuatro potencias. Es sobremanera interesante perseguir en los siglos
los desplazamientos del poder hacia una u otra de esas potencias. Entonces se advierte lo que de antemano debía
presumirse: que, siendo rítmica toda vida, lo es también la histórica, y que los ritmos fundamentales son precisamente los
7 biológicos; es decir, que hay épocas en que predominan lo masculino y otras señoreadas por los instintos de la feminidad, que
hay tiempos de jóvenes y tiempos de viejos.
Idem, ibidem.
El vocablo “Entonces” (línea 5) equivale a
Texto VII, para responder las preguntas de 46 a 50.
1 Masculinidad y feminidad, juventud y senectud, son dos parejas de potencias antagónicas. Vienen a ser como estilos
diversos del vivir. Y como todos coexisten en cualquier instante de la historia, se produce entre ellos una colisión, un forcejeo
en que intenta cada cual arrastrar en su sentido, íntegra, la existencia humana. Para comprender bien una época es preciso
4 determinar la ecuación dinámica que en ella dan esas cuatro potencias. Es sobremanera interesante perseguir en los siglos
los desplazamientos del poder hacia una u otra de esas potencias. Entonces se advierte lo que de antemano debía
presumirse: que, siendo rítmica toda vida, lo es también la histórica, y que los ritmos fundamentales son precisamente los
7 biológicos; es decir, que hay épocas en que predominan lo masculino y otras señoreadas por los instintos de la feminidad, que
hay tiempos de jóvenes y tiempos de viejos.
Idem, ibidem.
La expresión “Vienen a ser” (línea 1) puede ser sustituida, sin producir alteraciones semánticas o gramaticales, por
Texto VI, para responder las preguntas de 38 a 45.
1 Pensando así, había de parecerme sobremanera
verosímil que en los más profundos y amplios fenómenos
históricos aparezca, más o menos claro, el decisivo influjo de
4 las diferencias biológicas más elementales. La vida es
masculina o femenina, es joven o es vieja. ¿Cómo se puede
pensar que estos módulos elementalísimos y divergentes de
7 la vitalidad no sean gigantescos poderes plásticos de la
historia? Fue, a mi juicio, uno de los descubrimientos
sociológicos más importantes el que se hizo, va para treinta
10 años, cuando se advirtió que la organización social más
primitiva no es sino la impronta en la masa colectiva de esas
grandes categorías vitales: sexos y edades. La estructura
13 más primitiva de la sociedad se reduce a dividir los individuos
que la integran en hombres y mujeres, y cada una de estas
clases sexuales en niños, jóvenes y viejos, en clases de
16 edad. Las formas biológicas mismas fueron, por decirlo así,
las primeras instituciones.
Idem, ibidem.
El vocablo “plásticos” (línea 7) es utilizado en el texto con la acepción de
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “hay que” (línea 26) denota
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
El elemento “aun” (línea 22) tiene el mismo significado de
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
El elemento “sólo” (línea 19) es reemplazable por
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “Basta que” (líneas 12 y 13) puede ser reemplazada sin producir alteraciones semánticas o gramaticales en el texto por
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “por lo visto” (línea 10) es reemplazable, sin producir alteraciones semánticas ni gramaticales en el texto por
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
El vocablo “trastornó” (línea 7) se usa en el texto con el significado de
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “al menos” (línea 2) puede ser reemplazada sin producir alteraciones semánticas o gramaticales en el texto por
En el texto,
la palabra “tono” (l.38) significa entonación.
En conformidad con el texto de arriba juzgue los ítems de 87 a 95.
Se puede deducir dei texto que la forma no arcaica
correspondiente a la oración “la sanción que hubiere lugar”
(l .21 ) es la sanción que hubiese lugar.