Questões de Concurso
Sobre interpretação de texto | comprensión de lectura em espanhol
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Texto VI, para responder las preguntas de 38 a 45.
1 Pensando así, había de parecerme sobremanera
verosímil que en los más profundos y amplios fenómenos
históricos aparezca, más o menos claro, el decisivo influjo de
4 las diferencias biológicas más elementales. La vida es
masculina o femenina, es joven o es vieja. ¿Cómo se puede
pensar que estos módulos elementalísimos y divergentes de
7 la vitalidad no sean gigantescos poderes plásticos de la
historia? Fue, a mi juicio, uno de los descubrimientos
sociológicos más importantes el que se hizo, va para treinta
10 años, cuando se advirtió que la organización social más
primitiva no es sino la impronta en la masa colectiva de esas
grandes categorías vitales: sexos y edades. La estructura
13 más primitiva de la sociedad se reduce a dividir los individuos
que la integran en hombres y mujeres, y cada una de estas
clases sexuales en niños, jóvenes y viejos, en clases de
16 edad. Las formas biológicas mismas fueron, por decirlo así,
las primeras instituciones.
Idem, ibidem.
La oración “¿Cómo se puede pensar que estos módulos elementalísimos y divergentes de la vitalidad no sean gigantescos poderes plásticos de la historia?” (líneas de 5 a 8)
Texto VI, para responder las preguntas de 38 a 45.
1 Pensando así, había de parecerme sobremanera
verosímil que en los más profundos y amplios fenómenos
históricos aparezca, más o menos claro, el decisivo influjo de
4 las diferencias biológicas más elementales. La vida es
masculina o femenina, es joven o es vieja. ¿Cómo se puede
pensar que estos módulos elementalísimos y divergentes de
7 la vitalidad no sean gigantescos poderes plásticos de la
historia? Fue, a mi juicio, uno de los descubrimientos
sociológicos más importantes el que se hizo, va para treinta
10 años, cuando se advirtió que la organización social más
primitiva no es sino la impronta en la masa colectiva de esas
grandes categorías vitales: sexos y edades. La estructura
13 más primitiva de la sociedad se reduce a dividir los individuos
que la integran en hombres y mujeres, y cada una de estas
clases sexuales en niños, jóvenes y viejos, en clases de
16 edad. Las formas biológicas mismas fueron, por decirlo así,
las primeras instituciones.
Idem, ibidem.
El vocablo “impronta” (línea 11) puede ser sustituido sin alterar el significado del texto por
Texto VI, para responder las preguntas de 38 a 45.
1 Pensando así, había de parecerme sobremanera
verosímil que en los más profundos y amplios fenómenos
históricos aparezca, más o menos claro, el decisivo influjo de
4 las diferencias biológicas más elementales. La vida es
masculina o femenina, es joven o es vieja. ¿Cómo se puede
pensar que estos módulos elementalísimos y divergentes de
7 la vitalidad no sean gigantescos poderes plásticos de la
historia? Fue, a mi juicio, uno de los descubrimientos
sociológicos más importantes el que se hizo, va para treinta
10 años, cuando se advirtió que la organización social más
primitiva no es sino la impronta en la masa colectiva de esas
grandes categorías vitales: sexos y edades. La estructura
13 más primitiva de la sociedad se reduce a dividir los individuos
que la integran en hombres y mujeres, y cada una de estas
clases sexuales en niños, jóvenes y viejos, en clases de
16 edad. Las formas biológicas mismas fueron, por decirlo así,
las primeras instituciones.
Idem, ibidem.
El vocablo “plásticos” (línea 7) es utilizado en el texto con la acepción de
Texto VI, para responder las preguntas de 38 a 45.
1 Pensando así, había de parecerme sobremanera
verosímil que en los más profundos y amplios fenómenos
históricos aparezca, más o menos claro, el decisivo influjo de
4 las diferencias biológicas más elementales. La vida es
masculina o femenina, es joven o es vieja. ¿Cómo se puede
pensar que estos módulos elementalísimos y divergentes de
7 la vitalidad no sean gigantescos poderes plásticos de la
historia? Fue, a mi juicio, uno de los descubrimientos
sociológicos más importantes el que se hizo, va para treinta
10 años, cuando se advirtió que la organización social más
primitiva no es sino la impronta en la masa colectiva de esas
grandes categorías vitales: sexos y edades. La estructura
13 más primitiva de la sociedad se reduce a dividir los individuos
que la integran en hombres y mujeres, y cada una de estas
clases sexuales en niños, jóvenes y viejos, en clases de
16 edad. Las formas biológicas mismas fueron, por decirlo así,
las primeras instituciones.
Idem, ibidem.
La forma verbal “había” (línea 1) expresa una
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La oración “Vivir, en suma, es una operación que se hace de dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo” (líneas de 24 a 26) expresa una
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La oración “Basta que durante algún tiempo la temperatura media del año descienda cinco o seis grados para que la glacialización se produzca” (líneas de 12 a 15)
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La información central del texto está expresada por el enunciado
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
La expresión “hay que” (línea 26) denota
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
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El elemento “aun” (línea 22) tiene el mismo significado de
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
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El elemento “sólo” (línea 19) es reemplazable por
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
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La expresión “por lo visto” (línea 10) es reemplazable, sin producir alteraciones semánticas ni gramaticales en el texto por
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
<www.laeditorialvirtual.com.ar> (adaptado).
El vocablo “trastornó” (línea 7) se usa en el texto con el significado de
Texto V, para responder las preguntas de 26 a 37.
Masculinidad y feminidad, juventud y senectud
1 Las variaciones históricas no proceden nunca de
causas externas al organismo humano, al menos dentro de
un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes
4 telúricas — diluvios, sumersión de continentes, cambios
súbitos y extremos de clima — como en los mitos más
arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas
7 producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la
especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha
asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha
10 sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más
violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos
glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta
13 que durante algún tiempo la temperatura media del año
descienda cinco o seis grados para que la glacialización se
produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más
16 frescos. Conviene abandonar la idea de que el medio,
mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea
un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas
19 actúan sólo como excitantes de modificaciones
intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo
responde con un amplio margen de originalidad imprevisible.
22 Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo,
aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca
idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de
25 dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus
variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.
José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Internet:
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El elemento “ellas” (línea 6) hacer referencia a
En los mandatos siguientes observe lo que está en la columna de la derecha, con relación a la columna de la izquierda:
I. No entren ni salgan después del toque de silbato. Dar instrucciones.
II. Dámelo. No me lo des. Forma negativa
III. Firme aquí. No firme. Tú.
IV. Báñate ya. No te bañes. Imperativo negativo con pronombre reflexivo.
V. Di la verdad. No me la digas. Usted.
Solamente está correcta:
Esta cuestión se refiere a las divergencias lingüísticas:
I. Mientras más culta sea la norma utilizada, habrá mayores similitudes lingüísticas; por lo tanto, es en el habla popular y coloquial donde se advierte el mayor número de diferencias. Por ende, la norma culta, sobre todo formal, es el patrón unificador, no sólo del español de América, sino también de toda la lengua española.
II. Entre las distintas zonas se observan diferencias, por ejemplo, en el plano fonético: autobús (España) es guagua (Cuba), micro (Chile), buseta (Colombia), colectivo (Argentina), camión (México).
III. En cuanto a diferencias morfosintácticas, éstas son bastante menos frecuentes, como la alternancia de los diminutivos -it- e -ic- (ratito, ratico), construcciones gramaticales diversas, como "¿Qué tú sabes?", corriente en Centroamérica y Caribe, y "¿Tú sabés?", habitual en el resto del territorio. Además, un fenómeno constantemente citado es el voseo (uso del pronombre vos como tratamiento familiar, con sus correspondientes formas verbales en algunas zonas y niveles socioculturales (vos tenés, común en Argentina, o vos tenís, vulgar en Chile, variantes de tenéis), en oposición al tuteo.
IV. En los aspectos fonológicos, además del seseo (la s se pronuncia como z) y el yeísmo (la y se pronuncia mayoritariamente como ll).
V. Por otra parte, se debe tener en cuenta la influencia de las lenguas modernas, especialmente de la inglesa y la francesa, ya que muchos términos se han incorporado al español americano, mas no así al peninsular, como noquear 'golpear hasta sacar del combate al contendor', rentar 'alquilar'.
Así está correcta la alternativa:
Manolito es:
I. un chico divertido
II. un líder y héroe
III. un macarra o sea, gamberro, pendenciero
IV. un chico que se mosquea o sea listo
V. un chico chulo o sea, metido a besta en portugués
La alternativa correcta es:
En las impresiones sobre su libro, Elvira Lindo nos cuenta que:
I. para construir un personaje va “pa mucho rato”, o sea se tarda mucho para concebirlo
II. que un personaje se forma a medida que lo pone en marcha
III. pillar por banda es abordar a una persona para hablar y tratar, un asunto que puede ser privado
IV. las aventuras descritas en el libro engancha
V. que ella misma no disfruta con lo que escribe
Así está incorrecta la alternativa
Observe la transformación del Estilo Directo en Indirecto:
I. No me voy. Dice que no te vas.
II. He viajado poco. Dice que viajé poco.
III. Iré de pesca. Dijo que irá de pesca.
IV. Yo me ocuparé de todo. Él decía que se ocuparía de todo.
V. Lo pensaré Vd. Me había dicho que lo pensaría
Solamente está correcta la alternativa
Examine los siguientes modismos comparativos
I. Desconfiad de ese individuo; es astuto como… unas castañuelas.
II. Mi padre fuma mucho. Fuma como una… chimenea.
III. Mi amigo es sordo como… una tapia.
IV. Me aburro como… una mona en un garaje.
V. Luisa canta todo el día; es alegre como… una zorra.
Así la alternativa correcta es la
La generación de los setenta protagonizaron
I. la representación de lo mejor de la sociedad se puso de moda otra vez
II. un momento sin parangón en muchos sectores de la sociedad
III. la libertad sexual
IV. la adición a los okupas y a los punkies
V. la apertura a un nuevo orden social
Así, la alternativa incorrecta es